Cintruénigo
Zona no vascófona.
Limita con Corella por el N y NO, Tudela por el E y S y Fitero por O. En el término de Cintruénigo se pueden distinguir dos áreas geomorfológicas distintas: al N las llanuras aluviales de inundación (380-400 m), escalonadas en un par de niveles de terrazas sobre la planicie; al S aflora al Mioceno detrítico (conglomerados, areniscas, arcillas, limos), parcialmente cubierto por los derrubios limo-arcillosos con gravas sueltas de los glacis que descienden de la banda de conglomerados marginales hasta la que se extiende el término municipal por el SO (528 m).
Clima
El clima es el propio de la Depresión central del Ebro (mediterráneo-continental): inviernos fríos y veranos calurosos (media anual unos 14ºC, lluvias irregulares y escasas (400-450 mm, en 50-60 días), aridez grande, sobre todo en verano (725-750 mm de evapotranspiración potencial media al año), cierzo frecuente e intenso, etc.
Flora
Desde el punto de vista botánico Cintruénigo pertenece a la región mediterránea. La vegetación originaria ha sido intensamente modificada por el hombre. En cuanto a la arbórea, se limita a las alamedas y pinares de repoblación (P. halepensis).
HERÁLDICA. Trae de oro y un árbol de sínople en terreno de lo mismo. En el centro del jefe una cruz de gules de ocho puntas. Del flanco diestro del centro arranca una cinta de gules que atraviesa el tronco del árbol y sobre ella un león contornado y lampasado de gules. El león y la cinta pertenecerían a algún sello o escudo antiguo de la villa, mientras que los otros elementos, propios de la armería de Sobrarbe, podrían haber sido introducidos hacia el siglo XVI.
CASA CONSISTORIAL. La Casa Consistorial está situada en la Plaza de los Fueros y fue construida en el siglo XIX según el estilo neoclásico. Tiene tres cuerpos, de los cuales el segundo está articulado por tres pilastras jónicas, cuatro balcones y dos escudos en alabastro. Los motivos ornamentales de la fachada están estucados en yeso. Hacia 1985 se realizó una reforma tanto del interior como del revestimiento del ladrillo de la fachada, por un importe de 17 millones, financiados con ayuda del Gobierno de Navarra. El Ayuntamiento está regido por alcalde y doce concejales.
ARQUEOLOGÍA. En su término, a orillas del Ebro, se recogieron en una prospección materiales líticos del Eneolítico-Bronce, entre los que destaca una pequeña hacha votiva.
HISTORIA. Aunque después de su reconquista (1119) quedó inscrita en el área de vigencia del fuero de Tudela, fue villa de señorío nobiliario hasta que su titular Rodrigo de Argaiz la vendió al rey Sancho VII el Fuerte (1219) por 7000 moravetinos. Juana, esposa de Carlos II y lugarteniente del reino, dispensó a sus pobladores de toda carga y pecha señorial, pero dicho monarca entregó luego (1380) con carácter temporal al conde de Pallars, Hugo Roger II, el señorío de la villa y su castillo. Carlos III la vinculó (1423) al principado de Viana, instituido a favor de su nieto; con todo, Juan II la reintegró a perpetuidad (1449) al patrimonio de la Corona y. ante las alegaciones de las Cortes del reino, desistió luego (1458) de su proyecto de donarla al magnate Arnaldo de Luxa.Por su emplazamiento fronterizo, el concejo y sus vecinos tuvieron frecuentes roces y conflictos con la vecina población castellana de Alfaro así como el monasterio de Fitero.Cintruénigo compró al rey la perpetuidad de su jurisdicción criminal en 1658 por 7.000 ducados. En 1802 la gobernaban un alcalde y cuatro regidores. Contaba con un convento de capuchinos, fundado en 1634, y con sendas ermitas dedicadas a San Sebastián, San Martín, San Roque y la Purísima Concepción.En 1850, tenía una escuela de niños, a la que asistían 63 y cuyo maestro percibía 6.000 reales al año, y otra de niñas, a la que acudían 27, con 1.035 reales. Asistían la parroquia un abad y seis beneficiados, de los que cinco eran de presentación y patronato del ayuntamiento y el otro del conde de Ezpeleta. El convento de capuchinos había sido suprimido, con la desamortización de los años treinta del XIX: pero la iglesia seguía abierta al culto a costa de los vecinos, que mantenían en ella un capellán.
Regaba entonces el Alhama, 9.139 robadas, de ellas unas 6.000 de olivo. En 1849, los pueblos congozantes, entre ellos Cintruénigo, suscribieron un convenio para el aprovechamiento del agua del Llano, la acequia mayor que, partiendo de Fitero, se ramificaba hacia Corella, Tudela y Cintruénigo. El agua era objeto de una reglamentación muy precisa que sólo dejaba a los labradores cirboneros cinco días de uso al mes, hasta la construcción del canal de Lodosa (1930), que permitió a los de Alfaro regar con agua del Ebro y liberó parte de las aguas de las acequias antiguas. Para la administración de estas cosas, contaba Cintruénigo con una Junta de Agricultura, aneja al ayuntamiento, que en 1915 se independizó de este, con el nombre de Sindicato de Riegos y se asimiló en 1952 al Sindicato Central, que agrupaba también a los de Corella y Alfaro. Las crecidas del Alhama han sido fuente de problemas, en las últimas décadas han sido especialmente importantes las riadas de 1936. 1939. 1946 1957: aunque las obras de embalse efectuadas luego en el Llano han aminorado el problema.
Desde los años cuarenta del siglo XVIII cruzaba la villa la carretera que unía la del Ebro con Soria y Madrid. En 1802 había un molino de aceite y otro harinero. En 1882 -sólo hasta 1823- y en 1840 -sin que esta vez llegase siquiera a ponerse en práctica la medida- Cintruénigo fue incorporada a la provincia de Logroño, pero en ambos casos las autoridades de Navarra se opusieron a ello con éxito.
A finales del XIX y comienzos del XX, la villa participó de la reconstrucción de la vida eclesiástica religiosa que caracteriza la Iglesia de la época; se instalaron comunidades de pasionistas y hermanas de la caridad, que se ocuparon del hospital existente y comenzaron a desarrollar labores educativas. Aparte, a las dos antiguas escuelas se sumó otra de párvulos. Contó además con estación de ferrocarril de la línea de Castejón a Olvega y en los años veinte del nuestra siglo XX, había puesto de guardia civil, fábricas de alcohol, anisados y aguardiente, de chocolates, de conservas vegetales y de velas.
Cintruénigo participa del goce de los montes de Cierzo.
En cuanto a la asistencia hospitalaria, se sabe con certeza que en el año 1773 y posiblemente antes, existió un Hospital construido en el paraje del Portal que sale al convento de los Capuchinos, gracias a las aportaciones del Concejo y de los vecinos de la villa, y sobre todo del Presbítero D. José Rubio que lego doscientos ducados. En el libro de cuentas del Hospital, en el año 1777, se reconoce la existencia de un Administrador, que repartía los réditos de los enfermos del Hospital y los pobres enfermos que se hallaban en sus casas. El 12 de octubre de 1884, se inauguró el Santo Hospital de la villa, construido a expensas de Pablo Rubio y Monreal, Presbítero, natural y vecino de la villa de Cintruénigo. Invirtió en su construcción la cantidad de trescientos mil reales además de fundar la Capellanía eclesiástica en el Oratorio de dicho Hospital, y una donación de cien mil pesetas para que con sus intereses se atendieran los servicios del establecimiento.
CASTILLO. En epoca medieval, la villa estuvo defendida por un castillo del que hoy apenas quedan vestigios. Uno y otra pertenecían a principios del siglo XIII a Rodrigo de Argaiz, el cual los vendió al rey Sancho el Fuerte en 1219, por 7.000 maravedís. Hacia 1340 aparece como alcaide Pedro López de Gallipienzo. Más tarde, en 1356, su sucesor Gonzalo García de Cintruénigo, justicia de Tudela, llevó a cabo obras por valor de 50 libras. Dos años después se reparaba la torre del castillo, cuya guardaconfió el infante Luis a Pedro Sánchez Marcuero. Los trabajos proseguían en 1360, por cuenta del mazonero Pedro Martínez de Corella. Otros alcaides de la época de Carlos II fueron Gonzalo García de Cintruénigo, nombrado en 1365, que lo guardó durante la guerra entre Castilla y Aragón. y Diego Martínez de Morentin, nombrado en 1367, bajo cuyo alcaidío se reparo la torre nuevamente. En 1377, el rey asignó la guarda del castillo junto con las rentas de la villa a Martín de Aibar.
Carlos III el Noble nombró alcaide, en 1392, al caballero mosén Rodrigo de Esparza, que percibía 4 libras y 20 cahíces, y llevó a cabo nuevas reparaciones en los muros. Seguía en el puesto en 1417, según las partidas de Comptos. En 1435 aparece al frente del castillo Pero Oliva, nombrado por Juan II, y en 1450 la guarda estaba confiada al concejo de la villa, a la que el rey hizo realenga después de haber sido señorío del Príncipe de Viana. La princesa Leonor cedió a Fernando de Olóriz las rentas del patrimonio real en Cintruénigo, incluyendo la torre, el molino y el horno.
Todavía en 1605, don Pedro de Goñi se titulaba señor de la torre y castillo de la villa de Cintruénigo.
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