Mués
Zona no vascófona.
Limita al N con Mendaza, al E con Sorlada, al S con Los Arcos y al O con Desojo y Mirafuentes. Comprende el lugar homónimo y el caserío de Cábrega y tiene 14,1 km, de los cuales 6,6 son comunales (530 Ha de pastos, 123 de monte maderable y 7 de secano). El territorio, recorrido por el río Odrón, tiene una parte llana al N (donde se encuentra el caserío de Cábrega*), otra serrana en el centro (donde está Mues), y una tercera, al S, en la que alternan depresiones, colinas y serrezuelas. Desde el punto de vista geológico, se corresponden de N a S con las diversas formaciones geológicas que atraviesan el municipio en dirección O-E: la depresión tectónica ocupada por arenas, arcillas y limos del Oligo-Mioceno; las areniscas rojo vinosas alternantes con arcillas y limos (formación Mues) del Oligoceno Inferior que dan lugar a la sierra de Cábrega-San Gregorio; arcillas rosadas y yesos del Oligoceno Superior; y arcillas, areniscas y yesos Oligo-Miocénicos.
Clima
A grandes rasgos el clima es de tipo mediterráneo. Los valores metereológicos medios anuales más representativos son 8º-12º C de temperatura, 500-88 mm de precipitaciones, caídas en 60-100 días, y 650-700 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
De la cubierta vegetal originaria no quedan mas que 114 Ha de encinar. A las que hoy se suman los pinos de repoblación y las almedas.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de gules y una balanza de oro con una espada del mismo metal, surmontada de una corona de lo mismo. Por timbre un yelmo empenachado.
CASA CONSISTORIAL. Está situada junto a la iglesia. Fue construida en 1932. Es un edificio independiente que consta de dos plantas y sus muros exteriores están enfoscados y pintados. Algunas dependencias son utilizadas como consultorio médico.
Su ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.
HISTORIA. Antiguo lugar de señorío nobiliario, confiscado a su titular Gonzalo Ibáñez de Baztán tras la Guerra de la Navarrería (1276). Reportaba a la Corona en 1280 una pecha anual de 145 sueldos, otros 369 por los «morabetinos», 12 cahíces de trigo y 70 de cebada, más 100 sueldos por las salinas. Las rentas de la villa fueron transferidas finalmente (1511) al mariscal Pedro de Navarra. El rey Sancho Garcés IV el de Peñalén había dado hacia 1064 el «monasterio» de San Justo a la abadía de Irache, la cual poseyó luego también collazos y heredades en el mismo lugar. Este consta en la documentación más antigua (1055-1060) con las grafías «Moya», «Moyas», como apéndice de la «tenencia» de Punicastro.
Estuvo integrado en La Berrueza hasta mediada la década de los cuarenta del siglo pasado que pasó a convertirse en ayuntamiento separado En 1847 tenía escuela, dotada con sesenta reales al mes y ochenta robos de trigo al año. La iglesia estaba servida por un vicario, de provisión del pueblo, y dos beneficiados, que presentaba el abad o el rey, según el mes en que vacasen. Tenía camino de herradura para las Vascongadas y otros de ámbito local. Funcionaban un molino harinero y dos fábricas de aguardiente. A comienzos del siglo XX se constituyó una Caja rural.
Al estilo protogótico con influjos languedocianos, propio de comienzos del siglo XIII, pertenece la primitiva fábrica de la parroquia de Santa Eugenia. De ésta todavía quedan parte de los muros perimetrales de la nave, con sus dos últimos tramos cubiertos por bóveda de cañón, ligeramente apuntada entre arcos fajones prismáticos sobre columnas entregas. El sotocoro tiene bóveda de terceletes del siglo XVI y los restantes tramos de la nave cubiertas de medio cañón con lunetos articulados por pilastras jónicas que no se corresponden con los contrafuertes medievales del exterior. Estos tramos son producto de la reforma neoclásica del siglo XVIII, igual que el crucero, que presenta en su tramo central una cúpula rebajada con fajas radiales sobre pechinas. Al siglo XVIII corresponde también el pórtico de sillería con pilares prismáticos y pilastras adosadas que cobijan la primitiva puerta medieval del siglo XIII. Asimismo, se erigió en dicho siglo la torre barroca, contratada por el cantero de Torralba Martín de Mascarán en el 1745; la tipología del remate recuerda la de Santa María la Redonda de Logroño a la de Santo Domingo de la Calzada.
En el conjunto de retablos neorrománicos de comienzos del siglo XX se aprovecha una imagen de la Virgen del Rosario, titular hoy día del retablo de su nombre, y otra de Santa Eugenia que preside el retablo mayor; ambas esculturas son obras expresivistas del segundo tercio del siglo XVI, restos, al parecer, del primitivo retablo mayor ejecutado en torno a 1556 por Martín y Juan Ruiz de Heredia, Martín de Gumet y su hijo Diego. Tasó la obra Juan de Villarreal en el año 1566, encargándose de su policromía sucesivamente Juan de Miñano y Miguel de Salazar. Quedan también varias piezas de plata de los siglos XVIII y XIX procedentes de talleres de Pamplona, Los Arcos o Logroño según atestiguan sus punzones.
La ermita de Santa María Magdalena parece que fue en su origen la capilla de un antiguo hospital de leprosos hasta que en el año 1383 el rey Carlos II de Navarra la donó al monasterio de Irache. El templo, de gran robustez y acertadas proporciones, es un interesante ejemplar de estilo románico de finales del siglo XII con elementos protogóticos.
Conserva su cabecera semicircular y su nave única de dos tramos articulados por arcos fajones sobre modillones de rollo donde descansan las cubiertas de medio cañón y la bóveda de horno del ábside; a la misma época pertenece la portada, a los pies de la nave, con siete arquivoltas donde alternan los baquetones sogueados y lisos. Una cruz latina con nave de tres tramos y brazos y cabecera rectos forma, la ermita barroca de la Virgen de la Cuesta, erigida a comienzos del siglo XVIII. Sus cubiertas son bóvedas de medio cañón con lunetos, salvo el tramo central del crucero y el final de la nave, donde voltean sendas bóvedas de aristas. Preside la cabecera el retablo barroco que en el año 1713 contrató el maestro Juan Ángel Nagusia, según la traza dada por el vianés Juan Bautista de Suso. En la ermita de Santa Teodosia, construcción de tipo rural, se venera una talla expresivista de la santa, del segundo tercio del siglo XVI, hoy desvirtuada por un mal repinte moderno.