FAMILIA, PRIMERA COMUNIÓN, CONFESARSE, COMIDA, VESTIDO BLANCO, MISA, BOMBONES, PEDIR POR LAS CASAS

El día antes de la comunión, se tenían que confesar y no podían comer hasta el día siguiente. En ese momento estaba en casa de su abuela y recuerda encontrar en la cocina a su abuela, a su madre y a su tía Carmen, preparando la comida para el día de la comunión. En aquellos años no tenían mucho dinero y, por ello, fue su madre la que le hizo un vestido blanco para la comunión. Su madre utilizó ese vestido para hacer luego una blusa que aún conserva. El vestido, al ser de una tela similar a la seda, pesaba mucho y para hacer las fotos se colocó sentada en una banqueta que le regalaron ese día. Recuerda que fue a misa con sus abuelos y sus padres. La comunión la hizo junto a una parienta que era de su misma quinta y se juntaron los familiares de ambas en la misa. Después de la ceremonia se fueron a casa a comer la comida que habían preparado anteriormente. Recorrían las casas de Peralta para pedir y les solían dar bombones, huevos o algunas monedas. Algunas veces solían dar cajas, pero, en su caso, solo le dieron una pequeña con ocho o diez bombones en ella.