Zona vascófona.

Limita al N con Areso, al S con Azpíroz y Lezaeta, al E con Huici y al O con Atallo. Comunes, 14 Ha (10 de monte maderable, 4 de pastos).

En su término se localiza el sector dolménico de Gorriti-Huici, concretamente los dólmenes: Goldanburu y Mugarriberri.
Fue sede de una de las «tenencias» del reino en tiempos de Sancho VII el Fuerte. Incendiado por los castellanos en la guerra de 1430, el rey Juan II le eximió de tributos durante 8 años.
La iglesia parroquial está dedicada a San Bartolomé.
En 1850 tenía ayuntamiento propio, mas en ciertos asuntos concurría con el general del valle. En todo caso tras las reformas municipales de 1835-1845 quedó como uno de los lugares del ayuntamiento de Larraun. En el mismo año 1850 los caminos eran locales y de travesía y se recibía el correo de la estafeta de Pamplona, aunque el valijero del valle lo recogía en Lekunberri.

Castillo

Enclavado en el término de este pequeño pueblo, hubo en época medieval un castillo, cuya misión era no sólo defender la frontera del Reino por esta parte, sino también vigilar los caminos y pasos de comunicación con Guipúzcoa. En 1272 estaba a cargo del caballero García Almoravid. Más tarde, en 1290, era alcaide Martín García de Eusa, que llevó a cabo ese mismo año obras en el recinto. En los últimos años del siglo XIII ocupaba el puesto Pedro Ximénez de Mirafuentes, a cuyo cargo estaban también los castillos de Ausa y Ozcorroz.
En 1315 se hacían obras en el recinto, reparándose las dos garitas y rehaciendo de nuevo una tercera; también se trabajaba en el aljibe y los canales que conducían el agua. Pocos años después, en 1321, el castillo cayó en poder de los guipuzcoanos del bando de Oñaz, al parecer por sorpresa, siendo recuperado al poco tiempo. Estaba por entonces a cargo de Diego López de Urroz y Miguel de Urtubia. En 1328 era alcaide Juan García de Reta, con una retenencia de 10 libras y, 50 cahíces de trigo. Según las cuentas de 1345, el estado de la fortaleza era precario: «no avía logar do en cubierto podies iazer el alcait», dice el documento. La guardia solía estar confiada al merino. Hacia 1370 la tenía García Pérez de Ax, señor de Narbarte, y en 1374 Carlos II nombró al escudero García de Hualde. En 1379 le sucedió Lope Ibáñez, señor de Eraso, que hizo reparar los muros que habían caído y el aljibe, así como la cambra sobre el portal. Trabajó en ello el mazonero Juan Ochoa, llamado Asteasu.
Carlos III confirmó en el alcaidío a García de Hualde, en 1387 y en 1409, la infanta doña Juana nombró para sustituirle a Juan García de Hualde, señor de Azpilcueta, hijo al parecer del anterior. En 1420 pasó a desempeñar la guarda Miguel López, señor de Eraso. A su muerte, en 1427, le sustituyó su viuda Teresa de Zarauz, titulándose alcaytesa y tenedera del castillo. A pesar de los 50 hombres que usó de guarnición, en 1430 cayó la fortaleza en manos de los guipuzcoanos.
Recuperado nuevamente para Navarra, estaba en 1440 a cargo de Juan López de Eraso, alcalde de la tierra de Larráun. Al año siguiente se hacían obras de reparación. Juan II nombró alcaide en 1444 a Martín Martínez de Errazeunsagasti, recién terminadas las obras, «por ser los tiempos periglosos», particularmente en aquella zona fronteriza. En 1453 don Luis de Beaumont, lugar¬teniente del Príncice de Viana, nombró alcaide a Martín Miguel de Zurutuza. Tras él ocuparon el puesto Michel Ezquerra y Ochoa de Leiza. Posiblemente habría sido demolido enteramente a raíz de las órdenes dadas por Cisneros en 1516.

La iglesia parroquial de San Bartolomé es un edificio de mampostería construido en el siglo pasado, de gran sencillez estructural. Es de nave única con cabecera de sestero recto y torre campanario de planta rectangular situada a los pies. Se accede a su interior por una puerta de arco de medio punto abierta en el muro del lado de la epístola cobijada con pórtico pétreo. La sacristía situada en el mismo lado se comunica con la capilla mayor por una pequeña puerta adintelada. 
La cubierta es abovedada con cañón algo rebajado. Su retablo mayor hecho en madera con policromía y abundantes dorados, enriquecido con imágenes de distinta advocación, es de época contemporánea.

En el término se encuentra la ermita de Santa Bárbara, en la cumbre, sobre el pueblo. Actualmente abandonada y ocupada por animales.