Arellano
Zona no vascófona.
Limita al N con la facería de Arambelza y Dicastillo, al E y S con esta última villa y al O con Arróniz.
El término forma parte del piedemonte meridional de Montejurra y se extiende, alargado, estrecho y suavemente inclinado, de NNE a SSO, desde las proximidades de aquélla montaña histórica hasta Tres Mugas, donde Arellano linda con Dicastillo y Arróniz. En el Carasol de Montejurra se alcanzan 800 m, 662 en la villa, 547 en Cantabarana y 444 en Tres Mugas. Desde el punto de vista litológico y cronoestratigráfico los terrenos forman parte de la cobertura detrítica areniscoso-arcillosa del Oligo-Mioceno y, por lo que atañe a la estructura, del extremo occidental del sinclinal de Barasoain.
Clima
El clima es esencialmente mediterráneo, modificado hacia el N con el aumento de la altitud. El promedio anual de la temperatura varía de 8° a 12° C, el de las precipitaciones de 500 a 800 mm que caen en 60-100 días, y el de la evapotranspiración potencial de 600 a 725 mm.
Flora
La vegetación también es mediterránea en general y submediterránea en las alturas: el quejigo y la encina son los árboles más difundidos y cubrirían el término antes del poblamiento humano.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae en azur con una mitra y un báculo de oro que recuerdan a San Veremundo.
CASA CONSISTORIAL. Se encuentra ubicada en la Plaza de Parral. Tiene forma rectangular y es un edificio exento. Consta de tres plantas que se destinan a múltiples usos. Últimamente se ha ejecutado un proyecto de reforma y rehabilitación de los usos del edificio y restauración del inmueble con importe de 23,6 millones, financiado con ayuda del Gobierno de Navarra.
Su Ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.
HISTORIA. En su término se hallan los yacimientos arqueológicos del Alto de la Cárcel, La Atalaya, Santa Ana, y San Pelayo. Se encontró un hacha pulimentada de la Edad del Bronce. Procedente de la ermita de Uncizu se conserva un ara votiva de época romana, bastante bien conservada y con interesante texto epigráfico.
Antiguo lugar de señorío con titularidad diversificada desde finales del siglo XII. Consta en sus primeras menciones documentales con las grafías «Aralano», «Ardana”., «Arellano». Algunos de sus collazos pertenecían en 1226 a Pedro Garcés de Arróniz, que las legó a su hijo Ramiro. Las rentas de Gonzalo Ibáñez de Baztán habían sido confiscadas ya en 1280: consistían en 6 cahíces y medio de cebada por el producto de diferentes heredades. Este lote dominial debió de ser el que Carlos I dio a perpetuidad con la villa a Juan Ramírez de Arellano (1365). La poseyó luego Carlos de Beaumont, pero Carlos III dispuso (1412) que fuera devuelta a Carlos de Arellano, nieto de Juan Ramírez. La pecha se había reducido en 1511 a 5 cahíces. 1 robo y 1 cuartal de trigo.
Por otra parte. el monasterio de Irache ya tenía una casa en el lugar en 1099. No se sabe si se hizo realidad la disposición de Sancho Garcés IV el de Peñalén de que la iglesia de Santa María, dada a Mancia Ortiz (1071), pasara a depender luego de Irache. Casi un siglo después la abadía adquirió cuatro collazos por donación (1193) y, más tarde, algunos más comprados a Ochoa de Lerín (1213). Los estragos causados por la gran peste de 1348, que debió de reducir la población en un 85%, aconsejaron al abad de Irache un reajuste de pecha de sus collazos, establecida entonces (1356) en 14 cahíces, 3 robos de trigo, 10 cahíces de cehada, 6 cargas de uva y 40 sueldos 9 dineros al año. El monasterio de Iranzu también había adquirido por donación en el siglo XIII otro conjunto de collazos que debían anualmente una pecha de 3 cahíces, 2 robos. 1 terzal de trigo, otro tanto de cebada y 2o sueldos y medio. Pertenecían en la Edad Media al valle de La Solana y no figuró nunca en el condado de Lerín.
Su historia en la Edad Moderna es la del valle de la Solana, del que forma parte. En 1802 pertenecía la villa a la duquesa de Alba, que nombraba por ello y por sí sola los alcaldes mayores, designando también los ordinarios a propuesta de la villa. Al desaparecer el Antiguo Régimen quedó como ayuntamiento independiente. En 1849 se le calculaban al término 24.000 robadas, de las que sólo 9.000 se cultivaban. Todos los caminos se encontraban en muy mal estado. Tenía un molino harinero y cuatro de aceite. Al estar en la línea de defensa del bastión carlista de Estella, sufrió varios saqueos e incendios durante la primera guerra carlista, especialmente en 1837 y 1839.
PALACIO. Aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. El antiguo y noble linaje de los Arellano aparece vinculado al señorío de la localidad desde el siglo XI. En 1412 Carlos III el Noble mandó restituir a Carlos de Arellano, nieto de Juan Ramírez de Arellano, los bienes y rentas pertenecientes a dicho señorío. Según la relación remitida a Madrid por la Cámara de Comptos en 1723, pertenecía en esa fecha a don Veremundo Ramírez de Arellano. Otro poseedor del mismo nombre y apellido solicitó rebate de cuarteles en 1802.
Según el libro de Armería, el primitivo escudo del palacio era partido de plata y gules. En la actualidad, sobre la puerta del muro que lo rodea, puede verse un escudo cuartelado: primero, tres rejas, segundo y tercero, un rastrillo, y cuarto, el partido de los Arellano. Las dovelas de piedra del arco han desaparecido.
Parroquia de San Román. En la parte alta del pueblo se encuentra la parroquia de San Román, edificio cuyo origen se remonta al protogótico de hacia 1200. A esta época pertenecen los dos tramos de los pies, en los que se conservan pilares prismáticos adosados con capiteles de temas vegetales estilizados de influencia cisterciense.
La definitiva configuración gótica, sin embargo, es fruto de una importante transformación llevada a cabo a comienzos del siglo XIV, siguiéndose en ella una tipología procedente del Midi francés y que alcanzó amplio desarrollo en Navarra, con ejemplos cumbres en las iglesias de San Saturnino de Pamplona y Artajona.
Según esta tipología el templo presenta amplia nave única compuesta de tres tramos desiguales y cabecera de cinco lados, cubriéndose el conjunto por bóvedas de crucería con nervios pentagonales, aunque en el tramo inmediato a la cabecera la bóveda se hace sexpartita y en aquélla tiene ocho nervios. En todos los casos, estas cubiertas apoyan en pilares suspendidos, de sección semejante a la de los nervios, que se recogen en ménsulas con mascarones, figuras humanas y hojarasca de labra ruda.
También data del siglo XIV la capilla de San Veremundo, con doble tramo de crucería abierta a la cabecera por el lado del Evangelio, mientras que la opuesta capilla del Santo Cristo, igualmente de dos tramos pero con bóvedas de terceletes, debe su aspecto actual al siglo XVI.
En esta misma centuria se construyó el coro y la sacristía. Los muros exteriores de sillería acusan asimismo las distintas etapas de obra, aunque al igual que en el interior dominan las estructuras góticas del siglo XIV. Especial importancia tiene la portada abierta al lado de la Epístola, que tiene arco apuntado y abocinado con cinco arquivoltas sobre columnas de capiteles corridos a base de hojarasca, arpías y cabezas. Estos exteriores se completan con una torre barroca del siglo XVIII, alzada en tres cuerpos de rica decoración y con un pórtico de esta misma centuria.
En el interior de la parroquia se halla el retablo mayor de traza manierista fechado en 1651. Sus dos cuerpos de columnas corintias y compuestas y de ático de machones incluyen relieves de la Infancia de Cristo y de la vida de San Román, más las tallas del santo y de la Inmaculada, esculturas de transición del romanismo al naturalismo del siglo XVII.
Al ornato del templo también contribuye el retablo barroco de la Virgen del Rosario, de hacia 1680- 90, provisto de columnas salomónicas y ornamentación de follajes con cabezas y desnudos infantiles entremezclados. Asimismo se hallan en el interior los dos relicarios de la capilla de San Veremundo, ambos del siglo XVII y concebidos como retablo. En la otra capilla se conservan un Crucificado de comienzos del siglo XVI y un Ecce-Homo de la misma época, aún con resabios góticos. De las piezas de orfebrería destaca una cruz parroquial del segundo tercio del siglo XVI labrada en plata, simulando sus brazos troncos nudosos.
Ermitas. La ermita de la virgen de Unzizu, emplazada fuera del núcleo urbano, es un edificio del siglo XVI reformado en el XVIII. Tiene planta de cruz latina y cabecera pentagonal cubierta por bóvedas de medio cañón y aristas, más una media naranja en el tramo central del crucero y una techumbre gallonada en la capilla mayor. En su interior se venera la talla de la Virgen de Unzizu, obra gótica del siglo XIV, aunque muy restaurada. En el término se halla también la ermita de San Bartolomé.
Arquitectura civil. El casco urbano está compuesto de los Barrios Alto y Bajo, ambos de trazado medieval. En aquél se localizan diversas casas de los siglos XVII y XVIII con blasones de estas mismas centurias, mientras que en el segundo abundan los edificios de comienzos del siglo XVI, provistos de grandes portalones, ventanas de arquillos conopiales y decoración de bolas de estilo Reyes Católicos. Hacia las afueras se conservan las ruinas de una torre atalaya, construcción románica de hacia 1100.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|