Arizala
Zona mixta.
Está situado a orillas de un afluente del río Iruñela, en una amplia llanura con leves ondulaciones. Limita al N con Azcona e Iruñela, al S con Zábal, al O con Abárzuza y al E con Úgar.
Antigua villa de señorío nobiliario y eclesiástico. Está documentada ya en el siglo XI en relación con el cercano monasterio de Eza. Las pechas pertenecientes al linaje de Vidaurre le habían sido confiscadas va en 1280 al «banido» Juan de Vldaurre: importaban anualmente 3 sueldos y medio, 3 cahices 2 cuartales de trigo y 2 robos de cebada y avena. El monasterio de Irache había adquirido por donación en 1171 uno de los collazos del lugar y, antes, derechos de explotación del molino. Los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén recibieron (1190-1202) tres collazos; y la abadía de Iranzu era titular en el siglo XIII de otros dos, más diversas heredades en el término. A este último monasterio fueron asignadas las Cuartas del diezmo eclesiástico (1271), pero en disputa con Santa María de Roncesvalles, Santa Cecilia fue atribuida finalmente (1289) a Irache; con todo, parece que hacia 1582 disfrutaba Iranzu de las mencionadas cuartas. Dentro del valle el lugar estaba inscrito en el siglo XVII en la llamada cendea de Azcona.
En 1849 tenía ya escuela y se le calculaban al término 1.600 robadas, de las que 1.400, muy fértiles, se hallaban en cultivo, algunas de ellas de regadío. Durante la primera Guerra carlista, Arizala fue punto importante de paso entre Estella, dominada por los carlistas, y la Burunda y Araquil y por tanto Guipúzcoa. Por ello fue escenario de algunas acciones importantes. Y se benefició de ello también porque los hombres de Carlos V, a fin de asegurar ese paso, abrieron un camino que desde la Burunda, por el llamado puerto de Bacaicoa, cruzaba la sierra de Andía y ganaba Arizala para dividirse aquí en dos ramales, uno para Cirauqui y Mañeru y el otro para Oteiza y Villatuerta; el camino era muy importante «para el acarreo de vino para Guipúzcoa y toda la Barranca». Vivía sobre todo de su producción agrícola y de la exportación de su producción ganadera, a cambio principalmente de vestidos, que adquiría en Estella.
Parroquia de Santa Cecilia. El principal monumento de esta población es la Parroquia de Santa Cecilia, cuya fábrica se remonta a comienzos del siglo XIII, época en la que se formó un edificio románico tardío con influencia de la arquitectura cisterciense. De él se conserva el espacio de la nave con sus muros, más algunos elementos arquitectónicos, como soportes y arcos fajones. A partir de 1613 se efectúa una profunda transformación del templo, en la que se configura la cabecera actual de estilo gótico renacentista con la típica disposición poligonal, cubriéndose en bóvedas de terceletes y gallonada; a ella se unen dos capillas de planta rectangular con bóveda de medio cañón que componen una especie de crucero. Dichas obras se hicieron de acuerdo con la planta que firma el maestro Francisco Fratín, encargándose posiblemente de ellas Miguel de Igoa, cantero de Etxarri-Aranatz. En 1642 se obliga a hacer las cubiertas de la nave Miguel de Iturmendi, maestro de obras vecino de Estella. Este interior aparece envuelto en una sólida construcción de muros de sillería, a cuyos pies se conserva la primitiva torre medieval de disposición prismática, aunque su remate del siglo XVII se debe al último de los maestros citados. De esta misma centuria es la portada manierista de ingreso a la parroquia, que se decora con dovelas en punta de diamante. Preside el presbiterio de esta parroquia un retablo de hacia 1570, de un temprano romanismo con débitos aún al expresivismo anterior, que se ha atribuido a Martín de Morgota. De disposición en artesa, se compone de banco y tres cuerpos formados por tres calles y dos entrecalles y un ático triple, articulando tal mazonería por columnas de fustes estriados. Sus cajas acogen bultos y relieves, narrando estos últimos escenas de la vida de Santa Cecilia y los ciclos de la Infancia y Pasión de Cristo. En el siglo XVIII se labró el sagrario de estilo barroco, compuesto por columnas salomónicas. Los retablos del Sagrado Corazón y la Inmaculada son rococós, albergando este último una talla de Santa Águeda que se relaciona con la escultura del Altar Mayor. También se conserva en la iglesia una pila bautismal románica. Dentro del tesoro parroquial hay que destacar una cruz procesional de plata de estilo bajo renacentista de la primera mitad del siglo XVII.
Arquitectura civil: En esta localidad subsisten diversas casas del siglo XVI con los típicos portalones de medio punto. También abundan los blasones, especialmente de época barroca.
En el término de Arizala está la ermita de Nuestra Señora de la O. de Eza.