Arbeiza
Zona no vascófona.
Está situado en un llano rodeado de montes, a orillas del río Ega. Limita al N con Zubielqui, al E con Estella, al O con Zufía y al S con Egúzquiza.
En su término, a orillas del rio Ega, se encontró una estela de época romana decorada con tres figuras humanas. Antigua villa de señorío nobiliario, donada al monasterio de Santa María de Irache, precariamente en 1094 y de forma definitiva en 1135. El obispo pamplonés Biviano cedio por permuta (1175) a la misma abadía la iglesia local.
En 1802 en su parroquia de San Martín había una imagen de Cristo con gran y particular devoción desde tiempo inmemorial por los naturales y forasteros. A Nuestra Señora de Arbeiza, en la misma parroquia, concurría gran número de enfermos tanto de Navarra como de Álava, Castilla y Aragón a implorar de dicha imagen el alivio de sus dolencias. Tenía para entonces escuela y taberna. Al término se le calculaban 1.000 robadas, de ellas 740 en cultivo (20 de primera clase. 300 segunda y 420 de tercera). Entrado nuestro siglo funcionaban en Arbeiza molinos harineros y de aceite, se explotaban canteras de yeso y piedra, había una serrería y caja rural.
La parroquia de San Martín Obispo es un edificio de origen medieval con una única nave de reducidas dimensiones, aunque la cabecera recta debe mucho al siglo XVI, según puede comprobarse en los contrafuertes diagonales que en parte se ven al exterior. En esta centuria se llevó a cabo una remodelación de la iglesia, cuyo vestigio más importante es el coro que se alza a los pies sobre arco rebajado; el sotocoro conserva su bóveda original de nervios mixtilíneos, con claves decoradas por bustos femeninos y masculinos. El templo sufrió otra reforma en el siglo XVIII, realizándose en esta centuria la actual cubierta de bóvedas barrocas con un doble tramo de medio cañón con lunetos y fajones a los pies, otro más amplio de aristas y, por último, el medio cañón con lunetos que voltea sobre la capilla mayor de planta cuadrada. Esta se abre lateralmente en dos capillas de disposición poligonal, que también se cubren por bóvedas barrocas en casquete de esfera, una con gallones y otra con óvalos, pero en ambos casos sobre cornisa talonada por placados.
Los muros exteriores son de sillarejo y pertenecen fundamentalmente al siglo XVI, lo mismo que la portada de medio punto con grandes dovelas que se abre en el lado de la Epístola. Por debajo de ella se localiza un pórtico barroco del siglo XVIII con dos arcos de ladrillo y a continuación, sobre el tramo de los pies, se eleva una torre de planta cuadrada con fuste de sillarejo y cuerpo de campanas abierto en medios puntos, contemporáneo del pórtico.
Dentro del templo destaca el retablo mayor que realizaron a partir de 1.593 Pedro de Troas y Bernabé Imberto, ambos escultores del taller de Estella. Es un típico retablo romanista con dos cuerpos formados por columnas compuestas y machones con decoración de grutescos, arquitectura que alberga relieves y bultos de figuras de poderosas anatomías, destacando la talla del titular de la parroquia. En una de las capillas laterales de la cabecera se localiza el retablo rococó de Nuestra Señora de Garnica. Sirve de marco a la imagen de la Virgen de esta advocación, también conocida como de los Conjuros, obra gótica del siglo XIV, aunque desmerece por los arreglos y repintes modernos. Completan el ornato de esta iglesia los retablos de Santa Bárbara y el Santo Cristo, respectivamente de los siglos XVII y XVIII. En este último se venera un Crucificado romanista, que puede encajar en el círculo de los Imberto.
Fuera del casco urbano queda la ermita de San Juan Bautista, edificio de tipo rústico con planta rectangular que cobija en su interior un retablo barroco de hacia 1.670 con una talla gótica del santo, fechable en la segunda mitad del siglo XV.
Arquitectura civil. En la plaza de San Martín y las calles de Abajo y Mayor se conservan algunas casas de los siglos XVII y XVIII con blasones de estas centurias en sus fachadas.
Palacio. Aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino, pero eran en realidad dos palacios. En 1655 se erigió por real merced en palacio de cabo de armería la casa de Lorenzo Samaniego y Jaca y Josefa Yániz y Zufía, por 800 ducados que dieron al rey para necesidades de guerra. Doña Josefa, viuda ya, pleiteó contra el valle en 1683 por la exención. En 1723 figura como propio de Pedro Morrás, y al parecer se hallaba incautado a nombre del rey. En 1727 se otorgó nueva merced de cabo de armería a favor de don Joaquín de Artesga y Zufía, por 300 pesos que dio al rey para la reparación de la colegiata de Roncesvalles. Don Juan Simón de Arteaga pleiteó por la exención de los bienes agregados el año 1762 y, en 1797 lo hizo don Joaquín de Arteaga. Ambos palacios se conservan en la actualidad en buen estado, con sus escudos de armas labrados en el frontis. Con anterioridad, debió de haber otro palacio más antiguo, cuyo escudo recoge el Libro de Armería en el siglo XVI, de oro, con tres fajas entadas de sable.