Obanos
Zona no vascófona.
Limita al N con Legarda, al E con Muruzábal, Enériz y Añorbe, al S con Artajona y Mendigorría y al O con Puente la Reina. Abarca tres partes bien diferenciadas de N a S: el piedemonte del Perdón formado por afloramientos detríticos oligoceno-miocénicos (areniscas, margas y limos fluviales) recubiertos por los aluviones de los glacis; el valle del río Robo, que ha dejado a una y otra orilla en sus desbordamientos ricas tierras de cultivo; y las Nequeas, donde afloran los yesos y margas, con algún nivel de sal del Oligoceno Inferior, en posición cabalgante sobre la unidad anterior. Un perfil N-S del terreno sería del siguiente tenor: 480 m al N, 360 m en el Robo, 530 m cerca de San Guillermo, 380 m en el arroyo Salado, 360 m en el arroyo Nequeas y 513 m en los Altos de Ibarbero.
Comunicaciones: Carretera local con salida a la general N-lll, Pamplona-Logroño.
Clima
El clima de Obanos, como el de Valdizarbe en general, es de tipo mediterráneo, pero más húmedo que en la Ribera y menos caluroso en verano. Los principales datos medios anuales son: Í3º-14ºC de temperatura, 500-800 mm de precipitaciones, caídas en 70-90 días, y 700-725 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
Antes del poblamiento humano la mayor parte del territorio municipal estaría cubierto por un bosque de carrascas, del que prácticamente no queda ya ningún resto; en las partes más húmedas habría quejigos. Hoy el bosque se reduce a las pequeñas extensiones de pinares de pino negro y laricio de Austria repoblados artificialmente.
Fue villa de señorío realengo cuya pecha anual sumaba en 1280 la cantidad de 180 sueldos más 50 cahíces de trigo. El monasterio de Leire desde 1084, el de Irache desde 1104 y los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, desde el siglo XIII, poseyeron heredades en su término. La iglesia estaba directamente vinculada desde 1100 a la catedral de Pamplona por precepto del papa Pascual II. A finales del siglo XI las rentas de su iglesia pertenecían al obispo de Pamplona, quien las cedió al cabildo de la catedral para sufragar sus gastos de vestuario. Esta finalidad hizo que luego fueran asignadas al arcedianato de la cámara. Una sentencia arbitral ratificó esta situación y denegó las pretensiones de los vecinos que deseaban recuperarlas. El monarca poseía salinas en la villa, que permanecieron en poder de la corona hasta que el Príncipe de Viana las donó a Menaut de Santa María (1448), y Juan II a Martín de Navascués. Las Juntas de infanzones, nacidas para perseguir desórdenes en la Cuenca de Pamplona a principios del siglo XIII, se extendieron pronto a otras zonas de Navarra y se convirtieron en una organización política para la defensa de los fueros de éste y otros grupos sociales. Antes de 1234 su centro se trasladó a Obanos, donde se celebraban las reuniones generales. La junta se articuló en comarcas y una de ellas, que abarcaba sobre todo los valles de Ilzarbe, Orba y Aibar, recibió también el nombre de comarca de Obanos. El movimiento se disolvió en 1328.
Confundiendo estos datos se ha creído que toda la población del lugar era infanzona, pero en realidad existían pecheros del rey. Aunque ya a mediados del siglo XIII el rey cedió temporalmente la pecha a algún magnate, fue en la segunda mitad del XIV cuando estas donaciones, por tiempo indefinido o para toda la vida, se hicieron habituales y continuas. En 1407 la pecha y el lugar fueron incluidos dentro del vizcondado de Muruzábal, creado por Carlos III para su hermano bastardo Leonel, fundador del linaje de los Navarra. A pesar de que los barones de Muruzábal o de Valdizarbe (desde 1424) fueron agramonteses, Obanos fue beamontés y como tal colaboró en el cerco de Mendigorría de 1474. Tras la conquista de Navarra por Fernando el Católico (1512) se mantuvo como villa dentro de Valdizarbe. Como tal, tenía autoridades propias y separadas. Hasta las reformas municipales de 1835-1845 la gobernaba un alcalde, que nombraba el virrey a propuesta del pueblo. Y, desde esas reformas, fue ayuntamiento de régimen común. Hasta la reforma eclesiástica del siglo XIX el abad de la parroquia era el arcediano de cámara de Pamplona, quien designaba un vicario para la cura de almas; aparte, en 1802 había cuatro beneficiados. En 1847 contaba con dos escuelas, una de niños, frecuentada por cien y asistida por un maestro que percibía 1.280 reales y 130 robos de trigo al año v por un ayudante que cobraba 1.460 y veinte respectivamente, y la otra de niñas, a la que acudían de setenta a ochenta y cuya maestra recibía 621 reales. Funcionaba un molino harinero y se elaboraba sal por desecación, hasta unos 3.000 robos por quinquenio.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Desde el año 1841 usaba un sello en el que todo el campo estaba ocupado por una flor de lis. El año 1912 adoptó la villa el actual: partido en mantel. Primero de azur, un libro abierto con doce manos apoyadas en sus bordes como en actitud de prestar juramento y una gran cruz de Lore-na de gules en su centro. 2." de gules y un caballero de azur con la espada en alto sobre caballo siniestrado. 3." de gules y una flor de lis de azur. Los dos primeros cuarteles corresponden al anverso y reverso, respectivamente, del sello céreo usado por los infanzones de Obanos. En las vidrieras del palacio de la Diputación sólo figura el primer cuartel, llevando en bordura la leyenda de los infanzones: pro libertate patria gens libera state.
CASA CONSISTORIAL. De construcción moderna, en piedra, de planta y piso y con adornos en forja, se levanta en la plaza de los Fueros junto a la iglesia, al mesón y a un arco de piedra utilizado en las representaciones del Misterio de San Guillen y Santa Felicia que tuvo como escenario esta plaza. Su ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.
OTROS. Hacia 1920 contaba con un molino con motor hidráulico y un pequeño hospital.
IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA. En el centro de la población, junto a la plaza, se levanta la parroquia de San Juan Bautista, trasladada y reedificada en 1912 en estilo neogótico aprovechando escasos elementos de la anterior, como la portada de ingreso, propia del gótico pleno del siglo XIV. No se conservan los antiguos retablos, ni el mayor, pintado en 1595 por Juan de Landa, ni los colaterales, obra de Martín Echeverría, estofados por J. Martínez de Beasoáin; tampoco una talla de la Inmaculada, obra de Domingo de Segura con interesante iconografía. Buena muestra de la importancia medieval de la villa son las tres imágenes marianas conservadas: Nuestra Señora de Arnotegui y Nuestra Señora la Blanca, románicas, y Nuestra Señora de Jerusalén, gótica.
ERMITAS. Durante la reedificación de la parroquia suplió sus funciones la ermita dieciochesca de El Salvador. También destaca la ermita de Nuestra Señora de Arnotegui.
ARQUITECTURA CIVIL. Resulta muy interesante la variada arquitectura civil, con algún elemento gótico y grandes casas de cantería o ladrillo, algunas con arcadas en el piso superior.
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