Acedo
Zona no vascófona.
Limita al N con Galbarra, al S con Mendaza y Asarta, al E con Ancín al O con Álava. Está situado en el límite con Álava, al pie de la peña de Arquijas, rodeado al O por las últimas estribaciones de la Sierra de Codés y bañado por un afluente del río Ega. Tiene 600 Ha de terrenos comunales, de las cuales 100 son de secano, 4 están dedicadas a pastos y 3 son de monte maderable. La concentración parcelaria (1966) alcanzó a 296 Ha y 49 propietarios; sus 848 parcelas quedaron reducidas a 118.
En cuanto a la industria, Acedo produce tejas, ladrillos, embutidos. Tiene dos centrales generadoras de fuerza eléctrica sobre el río Ega, dos serrerías mecánicas y varios depósitos de madera.
En la documentación medieval aparece unida a efectos fiscales con los contiguos lugares de Asarta y Villamera. Teobaldo I los vinculó al patrimonio de la corona como villas de realengo (1238) con una pecha anual de 800 sueldos, que sin embargo continuó descompuesta en diferentes prestaciones: 50 sueldos, 20 cahíces de trigo, otros 20 de avena y 4 sueldos por la «vaca del rey» (1280). La simplificación definitiva de estos derechos señoriales en una pecha global de 700 sueldos se verificó por acuerdo del gobernador Alfonso de Robray (1325). Sufrió en 1534 una condena por sentencia de la Cámara de Comptos y del Consejo Real por la que debía pagar el quinto de los puercos que pastaban en Urbasa. Los justicias eran elegidos por los vecinos. Tras la reforma administrativa que siguió a la conversión de Navarra en provincia fue ayuntamiento propio, para integrarse después en el de Mendaza. Hacia 1920, los molinos eran dos y contaba con puesto de la guardia civil, dos posadas, la sociedad eléctrica de Mendaza, caja rural, farmacia, fábricas o talleres de tejas y ladrillos, embutidos, tratantes de ganado, maderas y carbones.
ARTE. En el centro del pueblo se localiza la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, iglesia del siglo XVI reformada a finales de la siguiente centuria, tiene planta de cruz latina con nave muy corta y cabecera pentagonal. Se cubre mediante bóvedas de medio cañón con lunetos y fajones, a excepción de la capilla mayor que recibe una bóveda gallonada; estas cubiertas descansan sobre una cornisa taqueada con ménsulas vegetales. Sus exteriores son de cantería y por el lado de la Epístola se adosa un pórtico barroco de tres arcos, que protege la primitiva portada del siglo XVI. A los pies se alza una torre que fue contratada en 1704 por el cantero Antonio de Usabinaga. En el interior del templo se hallan los retablos colaterales de San Sebastián y San Juan Bautista, realizados hacia 1670 por Agustín de Arza. Su traza ofrece un único cuerpo provisto de parejas de columnas muy decoradas rematado en un ático donde también abundan los ornatos. Los retablos albergan pinturas sobre lienzo de los titulares, más otros con Santiago Matamoros y la Asunción en el ático, todos ellos con luces tenebristas y de un estilo próximo al de los Ibiricu*, pintores de Pamplona. También es digno de mención el retablo de la Virgen del Rosario, obra de mediados del siglo XVIII, con arquitectura muy movida, repleta de una fina y exquisita ornamentación que presagia el rococó.
Con la parroquia forma conjunto el palacio de cabo de armería, que data del siglo XVI. Es un edificio de dos cuerpos de sillar, centrados por un amplio portalón de medio punto y un gran balconaje corrido de dos vanos, entre ventanas, todo ello con rejería antigua. El segundo cuerpo fue reformado en el siglo XVII, construyéndose el ático de ladrillo con galería de arquillos, cubierto por un saliente alero de madera.
Sobre el río Ega, en la confluencia de los caminos de Zúñiga y Gastiain hay un puente de piedra medieval de ojo único de medio punto. Se le reconoce como "Puente del Molino Nuevo".
Contaba con tres ermitas dedicadas a San Miguel, San Vicente y Santa Ana, hoy desaparecidas.
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