Itsaso
Zona vascófona.
El término limita al N con Beruete y Jauntsarats, al S con Udabe, al E con Ihaben y al O con Aldatz.
En su término junto al río Basaburua, fueron recogidos en prospección cinco ejemplares de útiles pulimentados en relación con industrias de sílex de superficie. Por los restos se trata de un yacimiento al aire libre del Eneolítico-Bronce.
«Villa» de señorío realengo cuyas prestaciones reajustó por «fuero» (1192) el rey Sancho VI el Sabio junto con las demás del valle. Los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén poseyeron heredades en su término. Debía a la corona en 1280 una pecha anual de 32 sueldos 2 dineros, más 9 cahíces y 3 cuartales de cebada y avena.
En 1847 el abad era aún de provisión por los vecinos; los niños acudían a la escuela de Ihaben; no había más camino notable que el de herradura que conducía de Pamplona a Guipúzcoa, en buen estado, y el valijero del valle llevaba el correo desde Pamplona.
Iglesia de San Pedro apóstol
Es un edificio de carácter gótico (s. XIV) realizado en piedra, con decoración esculpida en sus vanos. Presenta una nave única, cubierta con bóveda de cañón apuntado sobre arcos fajones y una cabecera de testero recto que se cubre con bóveda de crucería con clave central con el Agnus Dei.
El acceso tiene lugar por el lado de la epístola a través de una puerta de arco apuntado con arquivoltas cuyas claves presentan decoración tallada (Crismón, San Pedro, San Pablo, figura bendiciendo); los arcos apean en columnas cuyos capiteles corridos se decoran con relieves de temática variada y carácter zoomórfico. En lo que fue tejaroz, encima de la puerta queda un modillón tallado con un gimnasta. La ventana axial de la cabecera posee doble arquivolta apuntada sobre capiteles con motivos figurados. La torre cuadrada, situada a los pies del templo, presenta sendas ventanas apuntadas en su muro occidental de las que la superior tiene en su alfeizar esculturas humanas. En el interior se observa de nuevo escultura figurada; son los símbolos de los cuatro evangelistas situados en las ménsulas que reciben los nervios de la bóveda en la capilla mayor.
El retablo que decora el presbiterio es una hermosa obra en estilo Renacimiento (siglo XVI) en la que se combina de modo eficaz la escultura y la pintura sobre tabla, con una mazonería de carácter plateresco. Se halla dedicado a San Pedro y distribuye sus numerosas escenas en banco, cinco calles de tres pisos y ático. En la calle central se sitúan esculturas y en las laterales y en el banco pinturas. La imagen titular es una hermosa talla gótica (siglo XIV), del santo como pontífice, sedente y en actitud de bendecir. Inmediatamente después se sitúa la imagen de la Virgen con el Niño (siglo XVI), de gran belleza formal, contemporánea del retablo. Y en el coronamiento se encuentra el Calvario, con la talla del Crucificado a la que acompañan las figuras de María y Juan Evangelista (siglo XVI). En el banco y en los demás espacios del cuerpo del retablo se representan escenas de la Leyenda de San Pedro, según los postulados de la Escuela Florentina de mediados del siglo XVI. Son pinturas de notable calidad, de cuidado dibujo y brillante color, en las que el autor demuestra su habilidad como profesional. Hay un derroche de imaginación en las composiciones y los paisajes son muy bellos.
En su término se encuentra la ermita de El Salvador.