Eriete
Zona mixta.
Lugar y coto redondo de la Cendea de Cizur, en la Cuenca y Merindad de Pamplona.
Contaba en 1366 con 4 fuegos, 2 hidalgos y 2 labradores; eran 6 en 1553 y 10 en 1646. Tenía 49 habitantes en 1786 y 67 en 1857. Se conserva una ermita en su término. Tenía 63 hab. en 1858, 58 en 1887, 50 en 1900, 26 en 1910, 47 en 1920, 46 en 1930, 41 en 1940, 46 en 1950, 30 en 1960; no figura en el Nomenclátor de 1970 y sí en el de 1981, pero sin habitar. En 1988 el lugar pertenecía a Semillas Ebro.
Antiguo lugar de señorío de realengo en la actual Cendea de Cizur. Su pecha anual se reducía en 1280 junto con Caiazti a 2 robos de trigo y uno de cebada y avena.
En 1513 era señora del lugar Antonia de Olleta, aunque al parecer a carta de gracia, por cierta venta que había hecho la casa de Lacarra, que era la propietaria. Luego, en 1537, consta que el señor de Eriete fue condenado a no exigir cosa alguna «por el ganado que transitaba por el camino real y puente de dicho pueblo, ni por las almadías que bajaban por el río». A comienzos del siglo XIX ya no constaba como lugar de señorío. El puente que había tenido era suplido entonces por una barca. En 1847 existía el puente otra vez, además de un palacio sin concluir, que correspondía al propietario del lugar, el marqués de Vesoya. Contaba además con molino harinero. La iglesia era de patronato del mismo marqués.
Palacio
Figuraba como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. Por este motivo pleiteó en 1624 el palaciano don Francisco Sanz de Vicuña contra el fiscal y patrimonial, alegando ser exento del pago de cuarteles. En 1723 pertenecía ya al marqués de Bessolla. En 1784 hubo nuevos pleitos, esta vez de la Cendea de Cizur contra el marqués, por el rebate correspondiente al palacio. En el Libro de Armería consta el escudo de don Jerónimo Piñeiro de Elío, señor de Eriete, que era cuartelado: primero y cuarto de azur, con un castillo de plata y bordura de lo mismo con ocho águilas de sable; segundo y tercero de oro con dos pinos de sinople. Don Jerónimo, palaciano de mediados del siglo XVI, era hijo de don Pedro Pineiro, caballero de Santiago y de doña Ana de Dicastillo.
La iglesia parroquial de San Adrián es un edificio realizado en piedra, de carácter rural, en estado de abandono. De nave única, cabecera de testero recto y torre campanario de planta cuadrada situada a los pies, adosada al muro de la epístola. Su acceso se halla situado en el muro meridional protegido con pórtico pétreo. En 1989 no se podía visitar por encontrarse en ruinas.
De aquí procede una bella imagen sedente de la Virgen con el Niño de estilo gótico e influencia francesa, datable en los comienzos del siglo XIV que en la actualidad se venera en la iglesia del vecino pueblo de Otazu.