Aranarache
Zona no vascófona.
Limita al N, con el monte Limitaciones, al E con Eulate, al S, con Santiago de Lóquiz y al O, con Larraona.
En el término se distinguen tres franjas geomorfológicas de N a S: primeramente el escarpe calizo (Paleoceno) de la sierra de Urbasa, que culmina a 1.000 m y se halla modelado por la erosión en una cornisa subvertical y un talud suave sembrado de bloques de gelivación; en segundo lugar depresión, recorrida por la carretera y excavada en las margas del Cretácito Superior; y en tercero la falda N de la sierra de Lóquiz, formada también por margo-calizas del Cretácito y en la que discurre, encajado y meandriforme, el río Uiarra, afluente del Urederra.
Clima
El clima y la vegetación son principalmente submediterráneos, carácter que se pierde, para dejar paso al atlántico, en las sierras del N y S. El promedio anual de las precipitaciones oscila entre 1.200 y 1.400 mm y caen en 120-140 días, el de la temperatura entre 8º y 10º C y el de la evapotranspiración potencial entre 600 y 650 mm.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de gules y una espada de oro cruzada en sotuer con un bastón de mando del mismo metal. Por timbre una corona abierta. Este escudo es el mismo que el de los pueblos de Larraona y Eulate con los que formó comunidad. La espada significa la justicia y el bastón el libre nombramiento que de sus alcaldes hacían los tres pueblos de la Améscoa Alta.
CASA CONSISTORIAL. Fue construida de nueva planta en 1965, integrada en la arquitectura popular de la zona. Es un edificio exento, situado al pie de la carretera. Tiene alto zócalo en piedra que se prolonga en las esquinas, hasta la parte superior; el resto está enfoscado. Su Ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales. La secretaría está compartida con Eulate y Larraona.
HISTORIA. Está documentado en el siglo XIII con las grafías «Aranax» y «Aranaratx». Era lugar de señorío realengo cuyos villanos o labradores tenían tasada su pecha anual por el número de bueyes o yutas que poseían, y así se lo confirmó el rey Felipe III de Evreux (1336). En 1280 entregaron por ese concepto 31 sueldos y medio, 22 cahices y medio de trigo y 7y medio de cebada. Frente a los hidalgos del lugar alegaron tiempo después (1545) que no eran pecheros de condición personal sino por razón de sus bueyes.
En la edad moderna su historia se incluye en la de Améscoa Alta, antiguo valle de Arana, de la que se segregó como municipio independiente en 1846. Tenía escuela propia, dotada con 800 reales; producía trigo, centeno, cebada, avena, arvejuelas, arvejas, habas, lentejas, garbanzos, yeros, patatas, nabos, ajos, cebollas, acelgas, borrajas, lechugas, nueces, avellanas, manzanas, peras, ciruelas y pomas; tenían gran importancia su ganadería y había abundante caza de codornices, becadas, perdices, palomas, liebres, corzos, martas y ardillas, no faltando lobos, zorras, gatos monteses, erizos, tejones y jabalíes, y pesca de truchas y otros peces. La industria se reducía a un molino harinero, el carboneo y la elaboración de maderas para cubetos, aros de cribas y cedazos para comportas. Entrado el siglo XX, las producciones agrícolas se habían simplificado notablemente y se había sumado la de la remolacha forrajera.
En el centro del pueblo se emplaza la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. La actual nave principal se construyó en la Edad Media. A partir de 1648, los canteros Juan del Pontón y Francisco Vélez le añadieron una nueva nave por el lado de la Epístola, pero más corta que la otra por la existencia a los pies de una torre. Ambas naves se enlazaron por arcadas ligeramente apuntadas sobre pilares rectangulares, aún de tradición gótica, lo mismo que las cubiertas. Se emplearon bóvedas de terceletes para las cabeceras de las dos naves y de crucería para el resto, todas ellas erigidas en la remodelación seiscentista del edificio. Las dos etapas constructivas se aprecian con claridad al exterior, ya que en la obra medieval se emplea el sillarejo, mientras que la ampliación del XVII presenta muros de sillería. A esta última también pertenecen la portada abierta al lado de la Epístola, de esquema apuntado con tres arquivoltas sobre baquetones y ménsulas poligonales, que recuerda los modelos del siglo XVI al igual que el interior de la iglesia. Junto a ella se eleva la torre con su parte inferior de época medieval y cuerpo de campanas del siglo XVII, que tiene arcos de medio punto. El presbiterio tiene un retablo mayor de grandes dimensiones, obra rococó que llevó a cabo el maestro arquitecto Miguel de Porras, a partir de 1.774. Está formado por banco, cuerpo único con tres calles de columnas compuestas y ático de idéntica compartimentación. Muestra una arquitectura de líneas dinámicas y rica decoración, que sirve de marco al óvalo central de la Asunción también de la segunda mitad de siglo XVII, como las tallas de San Joaquín y San José de los laterales del ático. El centro de éste lo ocupa un Calvario del primer tercio del siglo XVI con figuras de fuerte expresividad. En el retablo se reaprovecha asimismo un sagrario manierista de hacia 1.600 con dos cuerpos de columnillas, escamadas y entorchada respectivamente. En la cabecera de la nave de la Epístola se adosa el retablo neoclásico de la Virgen del Rosario, aunque luce diversas tallas barrocas. Dentro del capítulo de orfebrería hay que resaltar un copón de plata dorada, de estilo bajo renacentista de hacia 1600, si bien con añadidos posteriores.
La ermita de San Lorenzo es un edificio del siglo XVI, con planta rectangular, y en él sólo destaca la talla romanista de su titular. Idéntica planta tiene la ermita de San Miguel, decorada por un retablo barroco de comienzos del siglo XVIII, que incluye una talla del santo de la época. Han desaparecido las ermitas de S. Cristóbal y Santa Isabel.
Arquitectura civil. Abundan en esta población los inmuebles del siglo XVI con varios cuerpos, abriéndose los inferiores en amplios portales de medio punto con marcadas dovelas, Muchas de las fachadas de estos edificios se ennoblecen con blasones de diferentes épocas.
Palacio. El palacio de este lugar aparece incluido como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. En 1513, su señor Johan López de Albizu fue incluido en el rolde de caballeros remisionados del pago de cuarteles por el tesorero. El año 1675 ordenó el Real Consejo a los jurados del Valle que al palaciano don Tomás de Albizu se le guardasen todos los honores y prerrogativas de cabo de armería. Nueva sentencia en el mismo sentido obtuvo del mismo tribunal en el año 1728 don Juan de Albizu, que solicitó rebate de cuarteles en 1758. El palacio conserva todavía una ventana con decoración del siglo XVI, y sobre ella, un escudo de armas con un rastrillo como única pieza heráldica.