Villanueva de Aezkoa
Zona vascófona.
Limita al N con Orbaitzeta, el Monte Aezkoa, y el de Irati, al E con Jaurrieta y Abaurrea Baja, al S con Garaioa y al O con Aribe y Aria.
Desde el punto de vista geológico, en su municipio se distingue una parte central correspondiente a los afloramientos margosos del Cretácico Superior, que han sido excavados por la erosión en forma de corredor intramontano, y otras dos montañosas. De éstas la situada al S es un sinclinal de flysch y calizas paleocenas, estas últimas modeladas en forma de crestas destacadas (peña Baragán y Puchuberro, 1.096 m.), y la situada al N, que se corresponde con el pliegue sinclinal tumbado de Berrendi (1.354 m), no es sino la terminación occidental y arqueada (cierre periclinal) de la sierra de Abodi, a pie de cuyo escarpe se levanta Villanueva.
Clima
Bioclimáticamente pertenece al dominio subatlántico montano, con inviernos fríos, lluviosos y prolongada innivación, junto a veranos muy suaves. Algunas de las variables meteorológicas anuales más representativas según la altitud son: temperatura variable entre 10º y 7° C, la precipitación entre 1.600 y 1.800 mm, caídos entre 130-140 días, y la evapotranspiración potencial entre 650 y 550 mm.
Flora
Más de la mitad de su vegetación arbórea (57,7%) son hayedos, situados principalmente al N del municipio, mientras que al S abundan más los robledales (10%) como prolongación del bosque de Quercus petraea de Garralda. La repoblación forestal se realizó en 7,2 Ha que se replantaron de abetos.
Heráldica municipal
Trae de plata y un encino de sinople a cuyo tronco está atravesado un jabalí de sable. Bordura de gules. Este blasón es el propio del valle de Aézcoa y de cada uno de sus pueblos en particular.
Casa Consistorial
Situada en la calle San Salvador, número 30. El edificio fue construido en 1958 como centro escolar. Consta de planta baja, una elevada y desván. Tiene cuatro fachadas y cubiertas a cuatro vertientes. En la fachada principal tiene zócalo, cadena de esquineras y enmarque de vanos, en piedra; el resto del paramento está enfoscado y pintado. Tiene porche, conformado por un arco. La arquitectura se integra en la habitual de la zona. Se incluye en el edificio una escuela y viviendas. Tuvo la sede anterior en otro edificio de tres plantas, que está destinado a consultorio médico y club de jóvenes. El ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.
Historia
En su término se localiza parte del sector dolménico de Abodi, concretamente el dolmen Gibelea.
En el «Libro de Fuegos» de 1366 consta como Ireberri, pero en el de 1427 figura ya su traducción romance de Villanueva. Como lugar de señorío realengo, debía a la Corona una pecha anual que se liquidaba conjuntamente con las demás villas de Aézcoa. Sus vecinos, como los de toda esta «tierra» o «valle», fueron favorecidos por el rey Juan II (1462) con el privilegio colectivo de franquicia e hidalguía.
En 1845, al disgregarse el valle de Aézcoa, se convirtió en ayuntamiento independiente.
A fines del siglo XVIII tenía batán y molino harinero. Al mediar el siglo XIX contaba con escuela, dotada con 2.000 reales al año; servían la parroquia un cura y dos beneficiados; el primero era de provisión de los vecinos, y el segundo, del cura o del rey, según el mes en que se diera la vacante. Contaba el pueblo con tres dehesas de media legua de extensión cada una, y caminos locales en buen estado. Entrado el siglo XX contaba también con puesto de carabineros.
Iglesia parroquial de San Salvador
Se construyó en época medieval en estilo gótico y tiene nave única, con una capilla en el lado del Evangelio y otra pequeña en el de la Epístola. Se cubre con bóvedas de crucería. La portada es de arco apuntado con arquivoltas que apean en capiteles con decoración vegetal. Al interior, el coro conserva unos soportes góticos tallados en madera.
El retablo mayor es renacentista, obra de Juan de Gaztelúzar y Ambrosio de Bengoechea, tasada en 1606. Consta de banco, dos pisos en cinco calles y ático. Las esculturas se colocan en la central y extremas y los relieves en las intermedias. Debe destacarse la talla de La Asunción en el centro del segundo piso. Por lo demás, la escultura ocupa incluso partes de la mazonería. En el presbiterio hay también un pequeño retablo romanista con la Virgen del Rosario (posterior), entre los relieves de Santa Catalina y Santa Quiteria. En la capilla del lado del Evangelio hay otro retablo de arquitectura plateresca, con imágenes posteriores. En el mismo lado hay una talla de Crucifijo, muy repintada, del siglo XIV.
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