Larraona
Zona no vascófona.
Linda al N con el monte Limitaciones de las Améscoas, al E con Aranarache, al S con Santiago de Lóquiz y al O con el valle de Arana y Maestu (Álava).
El término municipal se extiende desde la sierra de Urbasa hasta la de Lóquiz. Aquélla termina sobre las Améscoas mediante un escarpe calizo (Cretácico Superior) que aquí culmina a 1.014 m en Peña Ancha, 1.063 m en Isluce y 1.128 en Morube. El flanco N del anticlinal de Santiago de Lóquiz está formado por margas y margocalizas del Cretácico Superior, en las que se ha encajado el arroyo Uiarra, que sirve de muga entre Larratona y el territorio facero de Santiago de Lóquiz. El valle formado entre ambas sierras es de tipo ortoclinal y ofrece abundantes bloques de caliza de gran tamaño, desprendidos del escarpe por obra de la gelivación.
Clima
El clima y la vegetación natural son en parte atlánticos, especialmente en las montañas y al O, y en parte submediterráneos, sobre todo en el centro y E. Las principales variables meteorológicas medias anuales son: 8º-10º C de temperatura, 1.400-1.600 mm de precipitaciones, caídas en 120-140 días, y 600
650 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
Robles, quejigo y hayas, solos o mezclados, cubren aún la mayor parte del territorio municipal.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de gules y una espada de oro cruzada en sotuer, con un bastón de mando del mismo metal. Por timbre una corona abierta. La espada significa la justicia y el bastón el libre nombramiento que de sus alcaldes hacían los tres pueblos de la Améscoa Alta.
CASA CONSISTORIAL. Situada a pie de carretera, consta de una planta baja y una elevada. Tiene tres fachadas al exterior enfoscadas y pintadas. Su arquitectura es la típica de la zona.
El ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.
HISTORIA. En su término se encontraron dos hachas metálicas de cobre o bronce, una de ellas procedente del Raso de Ostolaza, y siete fragmentos de lápidas romanas del grupo de «estelas decoradas» aunque de ornato muy sencillo. Documentado como sobrenombre locativo desde la segunda mitad del siglo XI. Era lugar de señorío realengo y debía la pecha anual de 22 cahíces y medio de trigo y otros. En 1846 se disgregó la Améscoa Alta, a la que pertenecía, convirtiéndose en ayuntamiento independiente. En 1847 tenía escuela, dotada con 900 reales; la iglesia estaba servida por dos beneficios perpetuos; los caminos eran locales, había molino harinero y parte de sus gentes vivían del carboneo v del corte de maderas.
En un pequeño altozano se encuentra la parroquia de San Cristóbal, edificio de origen románico, rehecho en el siglo XVI. En planta, presenta una nave con cabecera poligonal, capillas en el crucero cubiertas por bóvedas de terceletes y crucería simple. La sacristía es obra barroca del siglo XVIII y se cubre con cúpula sobre pechinas. Al exterior hay zonas en que el sillar medieval fue reaprovechado, sobre todo en la parte inferior. La portada del lado del Evangelio es románica del siglo XII. Su esquema resulta sencillo pero con la peculiaridad de que a los fustes de sus columnas se adosan estatuas al igual que en Santa María la Real de Sangüesa. La torre consta de cuatro cuerpos, los dos primeros medievales y los superiores renacentistas.
En el presbiterio se acopla un retablo rococó datable en el último tercio del siglo XVIII, rematado en cascarón con profusa decoración y líneas muy movidas. Las tallas que se albergan en las tres calles de su único cuerpo son de la misma cronología, al igual que el Calvario del ático. El resto de los retablos son cronológicamente posteriores y pertenecen al Neoclásico. La sacristía se decora con una fuente barroca dieciochesca y la única pieza de orfebrería reseñable es un copón-ostensorio del siglo XVIII de origen riojano.
La ermita de Nuestra Señora La Blanca se encuentra en pleno casco urbano y se construyó en 1782. Presenta una nave rectangular cubierta por bóvedas de medio cañón con lunetos. Preside el recinto un retablo rococó en el que se venera una imagen de la Virgen de estilo romanista.
Otra ermita dedicada a San Benito, perteneciente al siglo XVI, se alza en plena sierra, cuyo titular es una talla romanista de comienzos del siglo XVIII.
Arquitectura civil: Las casas de este pueblo se encuentran agrupadas en torno al templo parroquial y a lo largo de la carretera, por lo general se trata de grandes construcciones que siguen tipologías propias del siglo XVI, construidas en sillarejo y con grandes portalones y blasones de diferentes épocas que ennoblecen sus fachadas.