Amatriain
Zona no vascófona.
Está situado en un llano al pie de un cerro, en la zona media del término municipal de Leoz. Limita al N con el Monte San Pelayo (958 m), que lo separa de Artáriain, al S con Maquirriain, al E con Olleta y al O con Benegorri. Está bañado por un arroyo que nace en el monte San Pelayo y vierte sus aguas en un afluente del Cidacos en tierras de Pueyo. De las 578 Ha del término, 281 son comunes (26 de secano, 30 de pastos).
Comunicaciones: Carretera local que enlaza con la nacional N -121 entre Pamplona y Tudela.
El patrimonio de la Corona poseía en el siglo XIII algunas heredades en esta villa y sus labradores entregaban la pecha al monarca probablemente junto con los demás del mismo valle (Valdorba). Los Hospitalarios adquirieron por donación en la misma centuria (1269) un collazo del lugar. En 1802 el abad de su iglesia lo designaban los vecinos, que contaba con un palacio de cabo de armería y 7 casas con 57 personas sujetas a la jurisdicción del alcalde de mercado de Pamplona: En 1849 se atribuían al término de 2.500 robadas, de ellas 700 cultivadas y el resto baldías aunque con buenos pastos. El palacio de este lugar aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. En 1655 se despachó merced de llamamiento a Cortes en favor de Blas Rodríguez de Arellano y Solórzano señor del mismo. El año 1659, después de algunas diferencias y roces, llegó a un acuerdo con los vecinos del lugar acerca del asiento y preferencias en la iglesia, que le discutían los del pueblo «por causa que en muy largo tiempo, los señores que han sido del dicho palacio no han vivido en el dicho lugar». En 1664 litigó el tutor de don Diego José Rodríguez de Arellano contra el fiscal y el condestable de Navarra, por la exención de la casa, reanudando el proceso el propio don Diego en 1685, esta vez por la que correspondía a los bienes agregados. Pertenecía en 1712 a don Alonso Rodríguez de Acedo, y en 1723, según la relación de Comptos, a doña Atonía de Acedo. Solicitaron rebates don Alonso Rodríguez de Arellano en 1747, y su hermano don Juan José en 1782, Según el Libro de Armería, en el siglo XVI el escudo era de oro con tres escudetes de gules y el jefe de plata, puestos en triángulo.
IGLESIA DE SAN ESTEBAN. La iglesia parroquial de San Esteban, es un edificio de origen medieval (siglo XIII) construido en piedra, reformado a comienzos del siglo XVII (antes de 1614 por los canteros Martín de Ripalda y Juan de Flamarique) salvo el campanario que fue rehecho a mediados del mismo siglo (1651) lo que se advierte al exterior por los materiales utilizados. Es de nave única dividida en seis tramos con cabecera de testero recto y se cubre con bóveda de cañón sobre arcos fajones que apean en repisas de piedra. El acceso tiene lugar por el lado de la epístola, en el segundo tramo, con puerta de arco apuntado de piedra, protegida con un pórtico de factura moderna. En los tramos centrales del muro del evangelio se adosó una pequeña capilla, cubierta con bóveda de lunetos que alberga la pila bautismal, y desde la que se accede al coro alto y a la torre campanario situados a los pies, en el primer tramo de la nave. El retablo mayor, que ocupa el frente de la cabecera, en estilo barroco avanzado (fue realizado hacia 1680 por el escultor de Asiain, Miguel Saez de Arinzano y policromado en 1709) conserva parte de un retablo anterior, más cuidado, en estilo romanista de comienzos del siglo XVII. Así sucede con el sagrario, en forma de templete, decorado en su frente con una imagen en relieve de Cristo Resucitado o con el Crucificado que figura en el Calvario del coronamiento. El resto de su imaginería, los evangelistas en los plintos de las columnas extremas del retablo, los apóstoles Pedro y Pablo adosados a los lados del antiguo sagrario, la imagen sedente del titular entronizado, los relieves que la flanquean con escenas martiriales (de Santos Aurelio y Natalia y Santo Pedro mártir de Verona) y las figuras de María y Juan al pie de la cruz en el grupo del Calvario con que se culmina, más los relieves que lo flanquean de las virtudes de la Fe y la Esperanza, de un mismo taller y fecha posterior reflejan un estilo popular dentro del pleno barroco.