Larumbe
Zona mixta.
El término limita al N con Cía, al S con Erice y Sarasate, al E con Alaiz y Osinaga y al O con Aguinaga y Gulina.
Realizada la concentración parcelaria (1968): 169 Ha, 16 propietarios, 504 parcelas antes y 65 después. Comunes, 478 Ha (347 de monte maderable).
Villa de señorío realengo a cuyos vecinos el rey Teobaldo II, eximió (1269) de las labores de castillos y fortalezas a cambio de 2 sueldos anuales por casa. En 1280 debía a la corona la pecha anual de 75 sueldos más 17 cahíces 1 robo de cebada y avena.
En 1847 tenía escuela, a la que acudían también los niños de Larrainziz, su barrio; estaba dotada con 1.200 reales al año; el abad de la parroquia era de provisión del rey y de los vecinos, según el mes en que vacaba; contaba con caminos locales y con los que unían el pueblo con el camino real de Pamplona a Vitoria; el valijero del valle llevaba y traía el correo desde Pamplona.
Parroquia de San Vicente
Se compone de dos construcciones: iglesia y pórtico. La primera mantiene una tipología claramente románica -nave única, ábside semicircular y torre sobre el extremo occidental de la nave-, aunque se considere ya gótica. En cuanto al pórtico se trata de un acceso lateral, elemento en principio románico, pues aparece en Castilla a fines del XI, pasando luego a Navarra -Eusa-, pero cuyo uso se prolonga al gótico, y el de Larumbe corresponde precisamente a este último período. Con relación a los pórticos de la época románica, como el de Eusa, éste de Larumbe mantiene la situación y tipología y altera los elementos constructivos, pues emplea los propios del gótico: arcos apuntados, bóvedas de crucería, etc. En efecto, consta de una puerta y tres ventanales, organizados a base de dos arcos apuntados sobre mainel en la parte inferior y una rosa calada de cuatro lóbulos en la superior, enmarcado todo ello por un gran arco apuntado, aunque sólo dos conservan este esquema haberse transformado el tercero en puerta, y se cubre con bóveda de crucería. Pero el aspecto más interesante de esta iglesia es la escultura que decora su pórtico. Realizada como éste en el período gótico se acusa en ella una tendencia al narrativismo muy propia de este momento, pero su estilo sigue todavía las pausas románicas. Se trata de una obra de ejecución tosca, por lo que su interés radica sobre todo en su iconografía, ya que al lado de temas muy corrientes como el Crismón trinitario y escenas de la infancia de Cristo -Anunciación, Epifanía, Huida a Egipto- aparecen otras de carácter excepcional como las relativas a la Pasión -Crucificado-, liturgia y sacramentos -celebración eucarística-; además de alguna escena que no ha sido interpretada satisfactoriamente. En cuanto a su filiación sólo es posible señalar la presencia de influencias aragonesas -tema del Crismón trinitario- y musulmanas -tratamiento formal de las letras del propio Crismón, representación del Juicio final
En el apartado de mobiliario habría que destacar el retablo mayor, obra de Domingo de Bidarte y Domingo de Lussa, aunque es posible que interviniera algún otro escultor, realizado hacia 1627, de un estilo ya muy avanzado hacia el Barroco.
Entre las piezas de orfebrería debe mencionarse un cáliz donado por los Larumbe y una cruz procesional.