Luquin
Zona no vascófona.
Limita al N con Igúzquiza, al E con la facería de Arambelza, al S con Arróniz y Barbarin y al O con la facería de Samindieta y Villamayor de Monjardín; separada del resto, tiene un pertenencia (caserío de Vista-Alegre) que limita con Barbarin al N, Arróniz al E, Sesma al S y Los Arcos al O.
Su término, alargado y estrecho, está atravesado por diversas franjas de formaciones geológicas plegadas que se traducen en una serie de colinas, separadas por valles. Del NNE al SSO afloran las facies detríticas arcillosas y areniscosas del Oligo-Mioceno; las areniscas rosadas alternantes con arcillas, y los yesos del Oligoceno modeladas en forma de crestas; y los yesos oligo-miocénicos y las arcillas miocénicas que se conservan en la cubeta sinclinal de Los Arcos.
Clima
El clima oscila entre lo mediterráneo y submediterráneo, en función de la altura y orientación del relieve. El promedio anual de la temperatura es de 10°-12° C, el de las precipitaciones de 500-1.000 mm (en la pertenencia de 450-500 mm), caídas en 80-120 días, y el de la evapotranspiración potencial 600-700 mm (en la pertenencia 700-725 mm).
Flora
De la cubierta vegetal originaria, formada por quejigos y encinas no queda casi nada.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de gules y tres espigas de trigo de oro, terrazadas y sumadas de dos leones rampantes afrontados, también de oro.
CASA CONSISTORIAL.En 1984 se redactó un proyecto para construcción de Casa Consistorial, que se sitúa al borde de la carretera de Allo a Ancín, a la entrada desde Urbiola. Su construcción es de estilo moderno, ejecutada en ladrillo caravista, con un juego de volúmenes, en el que se mezclan el hormigón, ladrillo, forja y lucernarios de cristal. El Ayuntamiento está compuesto por alcalde y cuatro concejales.
HISTORIA. La jurisdicción temporal sobre la villa, cuyo titular era al menos desde el siglo XI el obispo de Pamplona, fue finalmente transferida a la Corona (1319). El monasterio de Irache había adquirido por permuta (1137) la iglesia de Santa María y luego (1216) la que, sin duda bajo la advocación de San Martín, perteneció hasta entonces a la mitra pamplonesa; la primera quizá debe identificarse con la de San Facundo, documentada en 1310.
Era villa de señorío realengo cuya pecha anual en 1280 sumaba 86 sueldos más 10 cahíces y medio de trigo y otros tantos de cebada y avena.
Formó parte del valle de Santesteban de la Solana mientras existió como unidad administrativa, para pasar a constituirse en ayuntamiento separado con las reformas municipales de 1835-1845. En 1847 Luquin tenía escuela, dotada con 2.198 reales, e iglesia servida por vicario y dos beneficiados. Funcionaban dos molinos harineros y una fábrica de aguardiente. A comienzos de nuestro siglo se formó una Caja rural.
PALACIO. El palacio de este lugar aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. También figura en el rolde de remisionados de cuarteles hecho por el tesorero el año 1513. Pertenecía a la sazón a Martín Fernández de Luquin, quien al parecer obtuvo la prerrogativa en 1569. El licenciado don José de Lete García de Galdeano, obtuvo en 1743 sentencia favorable en el Real Consejo, sobre la exención de ir soldado el clavero del palacio y su hijo. En 1761 solicitó nuevo rebate su sucesor don Pedro de Lete. Según el Libro de Armería, el escudo era en el siglo XVI un sotuer jaquelado de dos series de plata y sable. Hacia 1960, el palacio fue desmontado y trasladado a Estella, donde se conoce popularmente como Mesón de Oncineda.
La parroquia de San Martín, que hoy preside el caserío, es una iglesia de sillar, de aspecto barroco, cuya fábrica engloba la torre y parte de los muros de la primitiva construcción del siglo XIII más las dos capillas laterales y coro añadidos en el siglo XVI y las cubiertas de la nave y decoración del XVIII. Su nave única con tres tramos de amplitud progresiva, así como los brazos del crucero y cabecera rectos, se cubren con bóvedas de cañón con lunetos. Sobre el tramo central de aquél voltea una media naranja sobre pechinas y de las dos pequeñas capillas laterales una ostenta bóveda de casetones del siglo XVII y la otra se cubre mediante bóveda de terceletes gótica del XVI. Al exterior destaca la portada barroca abierta en el costado de la Epístola y adscribible al maestro Tomás de Ibarra por semejanza estilística con la de la basílica de Mendía en Arróniz, obra documentada de este autor. Igual que ésta, la de Luquin es una portada retablo con un primer cuerpo entre parejas de columnas de orden compuesto enmarcado el dintel de ingreso con baquetón mixtilíneo más un ático provisto de hornacina central con la imagen de San Martín entre pilastras cajeadas y machones, donde apoya un frontón curvo partido con pirámide en su centro y aletones laterales; un aparatoso óvalo con el emblema de San Pedro orlado de follaje completa el conjunto.
Los retablos laterales de la Virgen del Rosario y de San Antonio fueron ejecutados poco antes del año 1716 por el maestro Manuel Adán con una traza y decoración barroca, de fina labra, próxima estilísticamente a Juan Ángel Nagusia. Años más tarde, en el 1763, el escultor estellés Lucas de Mena talló el retablo mayor, de estilo rococó y de excelente calidad tanto en la traza como en los relieves decorativos y en la escultura del obispo titular, esta última relacionada con el academicismo cortesano de estos momentos. Entre las piezas de plata, fechables durante los siglos XVIII y XIX, se conservan punzones de la ciudad de Los Arcos y de los orfebres Bentura y Ruiz.
A comienzos del siglo XVIII se planteó la erección de la actual basílica de Nuestra Señora de los Remedios y del Milagro que vino a sustituir a una vieja iglesia medieval del siglo XIII. Los trámites dieron comienzo en el año 1704 aunque las obras se demoraron hasta 1712 en que los canteros Francisco de Ibarra, Joaquín de Armendáriz y Miguel de Anamusaga iniciaron la fábrica en el solar del palacio viejo, según el proyecto de Lucas de Mena padre. La planta de cruz latina con brazos y cabecera rectos se cubre en el tramo central del crucero por una cúpula elíptica cuyos óvalos decoró posteriormente, a mediados del siglo XIX, Ramón Garrido y rehizo en el año 1920 Blas Usechi. El resto de la iglesia presenta bóvedas de medio cañón con lunetos entre arcos fajones y la sacristía tiene cubiertas de aristas. De los muros de sillarejo destaca la portada, labrada en sillar, con dos cuerpos planos de poco vigor excepto en la molduración baquetonada de la puerta y el florón de follaje sobre su dintel. La decoración interior de la arquitectura corrió a cargo de Lucas de Mena, a quien se debe también el conjunto de los retablos -mayor y colaterales del Resucitado y de San José más el pequeño de la sacristía- que labró durante el primer cuarto del siglo XVIII en estilo barroco. La presidencia del mayor la comparten una talla gótica del siglo XIII de Nuestra Señora de los Remedios y otra imagen de la Virgen del Milagro, de estilo hispano flamenco, fechable durante la primera mitad del siglo XVI pero con policromía de la segunda mitad del XVIII; el resto de la imaginería es barroca. De estilo academicista es la talla del Resucitado fechada en el año 1795.
En el humilladero se venera una imagen del Crucificado, de estilo barroco popular, y la pequeña ermita de San Isidro Labrador, antes de San Esteban, fábrica moderna donde reciben culto, en un retablo del siglo XVIII, una talla romanista de San Juan y otra barroca de San Isidro labrador.
Arquitectura civil. En el caserío quedan algunos edificios barrocos y numerosos escudos de los siglos XVII y XVIII,destacando en el conjunto el palacio de los Azcona, de hacia 1700, unido a una construcción más antigua del siglo XVII.