Zona no vascófona.

Linda al N con el monte Limitaciones, al E con la Améscoa Baja, al S con Santiago Lóquiz y al O con Aranarache.
El término municipal comprende las siguientes unidades geomofológicas: el escarpe meridional de la sierra de Urbasa, que aquí culmina a 1.008 m y se corresponde con el afloramiento de las calizas del Cretácico Superior y del Paleoceno en el flanco S del sinclinal de Urbasa; y un talud suavemente inclinado de N a S, hacia el arroyo Uiarra, escombrado de bloques muy grandes de caliza, desprendidos del escarpe antes mencionado, y un modelado en las margas y margocalizas del Cretácico Superior. El término municipal queda separado del perteneciente a la comunidad de Santiago de Lóquiz por el curso encajado y meandriforme del Uiarra, afluente del Urederra.
 

Clima 

El clima es de tipo predominantemente atlántico y subatlántico en las montañas y submediterráneo en las partes bajas y en las solanas. Robles y quejigos suman hoy 652 Ha; en la mitad de esta extensión, aproximadamente, se mezclan los robles y las hayas. Los principales valores meteorológicos medios anuales son: 8º-10º C de temperatura, 1.000-1400 mm de precipitaciones, caídas en 100-140 días, y 600-650 mm de evapotranspiración potencial.

HERÁLDICA MUNCICIPAL. Trae de gules y una espada de oro cruzada en sotuer con un bastón de mando del mismo metal. Por timbre una corona abierta. La estada significa la justicia y el bastón el libre nombramiento que de sus alcaldes hacían los tres pueblos del valle de Améscoa Alta.

CASA CONSISTORIAL. Fue construida hacia 1875. Es un edificio exento que consta de planta baja y dos elevadas. A fines de la década de 1980 se ejecutó un proyecto de remodelación que incluyó la demolición del cuerpo superior y el acondicionamiento del edificio para las nuevas necesidades de la administración. El importe de esta obra fue de 17 millones y se financió con ayuda del Gobierno de Navarra.
El Ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.

HISTORIA. En su término se halló una pieza pulimentada de la Edad del Bronce.

Antiguo lugar de señorío realengo, cuya pecha anual sumaba, en 1280, 10 dineros más 25 cahices de trigo y otros tantos de cebada y avena. El monasterio de Irache poseyó heredades en su término desde comienzos del siglo XII.

Perteneció a Améscoa Alta hasta separación en 1846. En 1847 Eulate contaba con escuela, cuyo maestro percibía 1600 reales anuales; un molino harinero y caminos sólo locales. Entrando el siglo XX, las cuales eran dos, había puesto de la guardia civil, serrerías, producción y exportación de duelas y producción de carbones vegetales.

PALACIO. Aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. En 1513, su señor, Johan Beltrán de Eulate fue incluido entre los remisionados de cuarteles de la merindad. En 1603 obtuvo nueva sentencia de exención Ambrosio Álvarez de Eulate. En la relación de la Cámara de Comptos del año 1723 figura como poseedor don Juan de Eulate. En 1745 solicitó rebate doña Joaquina de Eulate, como tutora de su hijo don Juan Antonio. Y todavía en 1818 litigió contra los Tres Estados de Navrra, defendiendo su exención el palaciano don Vicente de Eulate. Durante la Primera Guerra Carlista, en 1835, fue mandado incendiar por el general Córdoba. Hacia 1950 su fachada fue trasladada al jardín del Museo de Navrra, quedando únicamente en el pueblo las ruinas de torres y muros. Según el Libro de Armería, el esudo era de azur con dos lobos de oro; bordura de gules con ocho aspas o sotueres de oro.

Junto a la carretera se levanta la Parroquia de San Martín, construida a finales del siglo XVI con una planta de cruz latina coronada por cabecera pentagonal. Alrededor de 1777 el cantero Bautista de Usarbarrena verificó una importante reforma al cubrir la nave con bóveda de aristas. Al mismo maestro se le debe el remate barroco de la torre que se alza sobre un largo fuste de finales del siglo XVI, época esta a la que también corresponde la portada con decoración de puntas de diamante. Entre los retablos, cabe destacar el del Rosario, obra romanista de comienzos de siglo XVII, presidida por una majestuosa talla de la Virgen con el Niño. El retablo mayor es de estilo barroco, fue contratado con Pascual de Orá hacia 1713; la arquitectura del retablo con el cuerpo de columnas salomónicas y cascarón de remate es más destacable que la escultura barroca que aloja. Mención especial merecen los bultos en piedra de Santa Nunilo y Alodia, fechables a comienzos del siglo XVI y que presentan las características propias de lo hispano-flamenco: rostro idealizado y larga cabellera que cae en amplios rizos geométricos, a lo cual se une la elegancia y complicación de las vestiduras, con pliegues muy quebrados.

Próxima al pueblo se localiza la ermita de San Juan Bautista, interesante edificio protogótico de comienzos del siglo XIII; cuya cabecera se alteró en el XVII. A la construcción medieval corresponden los tres tramos de la nave con la cubierta de medio cañón apuntado así como una ventana decorada con bolas y ajedrezado. Más sencilla resulta la puerta de arco apuntado. En su término se encuentran también las ermitas de San Eloy y de Santas Nunilo y Alodia.

Dentro del casco urbano se encuentra un crucero, gótico de comienzos del siglo XVI, del que se conserva el templete cubierto con terceletes y el nudo de la cruz, en el que se suceden arquillos conopiales con relieves de santos.

Arquitectura civil. Destaca el palacio cabo de armería de los Álvarez de Eulate, muy arruinado, pero que aún conserva parte de dos torreones cilín­dricos con ventanas del XVI. Junto a él se levanta «la Fortificación», una torre también del siglo XVI y que formaría, unida al palacio, parte de un recinto defensivo.