Dicastillo
Zona no vascófona.
Limita al N con Igúzquiza, Ayegui y Aberin, al E con Morentin, Oteiza (Baigorri) y Allo, al S con Sesma y al O con Arróniz y Arellano.
Su término se extiende en dirección NO-SE, desde los Picos de Montejurra (1.000 m) hasta Sorota (frontera con Allo, 484 m); desde esta zona el Municipio se desdobla en dos brazos, uno hacia el E hasta el río Ega (370 m) que sirve de frontera con Oteiza, y otro hacia el S hasta Cogote del Fraile (543 m), donde linda con Allo y Sesma y hasta la Peña del Sastre (551 m), donde limita con Arróniz y Sesma. Desde el punto de vista geomorfológico, los terrenos principalmente forman parte de la cobertera detrítica areniscoso-arcillosa y al S yesífera del Oligo-Mioceno, plegados en anticlinales y sinclinales suaves y erosionados, recubiertos parcialmente por los derrubios de los glacis de erosión y los aluviones del Ega y sus afluentes (San Martín, San Pedro, Espesuras y Río Mayor).
Clima
Clima y vegetación tienen afinidades submediterráneas en Montejurra, y en la mayor parte del término mediterráneas. Los principales valores climáticos medios anuales varían con la altura y orientación del relieve entre 8°-12° C de temperatura, 500 a 1.200 mm de precipitaciones, caídas en 60 a 100 días, y 600-725 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
Sólo quedan 25 Ha de encinar, el robledal ha desaparecido prácticamente, y se han repoblado con pinos (laricio y halepensis) poco más de 100 Ha.
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de plata y tres castillos al natural. Algunos autores ponen cinco castillos en sotuer, en lugar de tres.
CASA CONSISTORIAL. El edificio del Ayuntamiento viejo tiene dos cuerpos, el primero de sillar con puerta de acceso y grandes dovelas y el segundo de mampostería, con ventanas adinteladas. En la clave del arco de entrada hay un escudo de la Villa, ejecutado en 1573. La Casa Consistorial actual se construyó hace cuatro años, y cuenta con tres plantas. La fachada está revocada y pintada, y los recercados de balcones, ejecutados en piedra. El Ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.
HISTORIA. En su término se encuentra el yacimiento protohistórico de San Isidro, también se halló una inscripción romana.
Antiguo lugar de señorío realengo, documentado va en 1407. Sede a finales del siglo XII de una de las tenencias o distritos del reino. El monasterio de Irache desde el siglo XI, yel de Iranzu y los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, en la centuria siguiente, poseyeron heredades en su término. El rey Carlos II lo dio a perpetuo (antes de 1387) a Juan Martínez de Medrano, pero el príncipe Carlos de Viana lo incluyó jurisdiccionalmente en el condado de Lerín (1448), al que perteneció hasta la primera mitad del siglo XIX.
En 1847 tenía dos escuelas, una de niños, a la que concurrían 40 y cuyo maestro percibía 2.400 reales al año, y otra de niñas, a la que asistían 50 y cuya maestra recibía 1.600. Todos los caminos eran locales y de herradura. Tenía sobre el Ega un molino harinero con dos piedras, y cuatro de aceituna. Exportaba cada año unos 12.000 cántaros de vino, 300 arrobas de aceite y 6.000 robos de trigo, que eran sus principales producciones.
En los años 20 de nuestro siglo contaba con dos molinos de aceite.
Dicastillo contó con un Hospital, la Cofradía de San Julián y Santa Basilisa se encargó de su cuidado y manutención. En las constituciones aprobadas el 29 de diciembre de 1653 se recogieron los pormenores para la admisión de enfermos en el Hospital, así como para el cuidado de los mismos fuera de dicho establecimiento.
CASTILLO. Ya en el siglo XII Dicastillo era una tenencia o distrito, su gobernador tenía atribuciones civiles y militares. Constan los nombres de algunos de ellos: García de Baztán en 1190, Gómez Garceiz en 1205, Pedro Garceiz de Arróniz en 1222, Juan Pérez de Lodosa en 1237, y varios otros. En 1273 Pedro Sánchez de Monteagudo permutó con el rey Enrique I la villa y torre de Dicastillo por la de Beriain. Sus hijos Juan y Milia Sánchez percibieron en 1281 la cantidad de 3.000 libras en compensación de los bienes cedidos al patrimonio real. Posiblemente el castillo se trataría de una simple torre defensiva, como la que todavía se conserva en pie a la entrada de Arellano.
Parroquia de San Emeterio y Celedonio. Se levanta en el centro del casco urbano. Es una fábrica construida en el siglo XVI según el estilo Reyes Católicos. Tiene una planta de cruz latina con crucero no destacado: la nave dividida en tres tramos culmina en cabecera pentagonal, y a ella se abren en el tramo anterior al crucero sendas capillas cuadrangulares. El conjunto se cubre con unas bóvedas estrelladas cuyos nervios descansan en ménsulas cilíndricas, cónicas y aveneradas.
Los exteriores del templo han sido transformados en el siglo XV-XVIII, al adosarle un largo pórtico de arcadas a los pies que se prolongan por los laterales. La torre barroca se hizo a la vez que el pórtico, y arranca del arco central del mismo. Sigue una tipología muy difundida en la zona. Los distintos cuerpos, separados por cornisas muy molduradas, se suceden escalonadamente, contribuyendo a su enriquecimiento lo arcos, jarrones y placados. El cuerpo de campanas tiene planta octogonal. Estas obras llevadas a cabo en los exteriores durante el siglo XVIII, aunque importantes, no desvirtuaron totalmente la fábrica renacentista, conservándose todavía algunos fragmentos de frisos con bolas Reyes Católicos.
Del tesoro artístico que conserva la parroquia en su interior destaca la Virgen de Irache. Era la antigua titular del vecino monasterio benedictino de Irache. En 1843 o 1844, a raíz del decreto de desamortización, fue trasladada a Dicastillo, cuya parroquia sigue presidiendo. Es una imagen sedente de la Virgen con el Niño, de madera cubierta con chapa de plata, salvo las manos y rostro. Cronológicamente cabe situarla entre los años finales del siglo XII o los comienzos del siguiente. La Virgen sigue la iconografía típica del románico como Virgen Majestad o Trono de la Sabiduría. Particular interés ofrecen las vestiduras, sobre todo las de María, con túnica, sobre túnica y manto, que caen en elegantes pliegues circulares y que se diferencian cada una por la cenefa, decorada por una retícula de rombos. El velo cubre la cabeza de la Virgen y enmarca su rostro; sobre la nuca se recoge en un original nudo que deja caer un extremo. Esta misma solución se observa en Santa María la Real de Pamplona y en la Virgen de Rocamador de Estella. Por su parte las vestiduras del Niño son más sencillas, ya que únicamente viste túnica y manto. Los rostros de las dos figuras dibujan un óvalo casi perfecto en el que destacan los grandes ojos.
La Virgen preside el retablo mayor, que como otros muchos de esta iglesia procede del monasterio de Irache. Su estilo romanista remite a los años iniciales del siglo XVII y se le atribuye al escultor Juan III Imberto. El artista aprovechó el banco, así como los dos cuerpos del retablo con sus tres calles y dos entrecalles, además el ático, para narrar escenas relacionadas con la Virgen, destacando por su delicadeza los relieves del banco, dedicados a la Infancia de María.
Abundan en esta parroquia los retablos de estilo manierista, propios de la primera mitad del siglo XVII, con gran pureza de líneas y sobriamente decorados por roleos, gallones o puntas de diamante. Algunos, como el del Rosario, el del Crucificado o el de la Virgen del Perpetuo Socorro, formaban parte del ajuar litúrgico de Irache. En el retablo de la Virgen del Rosario destaca la arqueta que contiene las reliquias de San Veremundo. La pieza la encargó el abad Fray Antonio Comontes en 1583 al escultor de Estella Pedro de Troas, quien esculpió en sus frentes y cubierta distintos pasajes de la vida del santo, con un estilo de compromiso entre el expresivismo del Primer Renacimiento y la fuerza del Romanismo. Entre las piezas barrocas de la parroquia destaca una Inmaculada que se venera en su retablo. Dentro de las artes suntuarias hay que citar un terno rojo de comienzos del siglo XVIII y estilo bajorrenacentista.
Ermitas. En lo alto de un monte, dominando el pueblo, se alza la Ermita de la Virgen de Nieva, construida en el siglo XVI v reformada en el XVIII. La planta es de cruz latina, mientras que la cubierta de aristas y cúpula corresponden a la reforma barroca.
Arquitectura civil: El enclave de la villa, ligeramente elevado, condiciona su peculiar urbanismo, distribuyéndose el caserío en tres barrios. Uno en alto, otro en una zona intermedia y otro en la parte baja. Se impone que unos y otros se comuniquen por calles en cuesta o por largas escalinatas, que le dan un carácter especial. A la calle Mayor, una de las vías principales, dan casas cuya tipología será característica de la población, con dos cuerpos y co de sillarejo y sillar en los vanos y en cadenas en las esquinas. A la fachada se abren vanos adintelados, enriqueciéndose muchas de ellas con ostentosos escudos de distinta cronología, al incluir desde el siglo XVI al XIX. Merece mencionarse un palacio renacentista de la segunda mitad del siglo XVI, localizado en la calle Matadero, en muy mal estado de conservación. Sin embargo, todavía mantiene las pilastras que centran la puerta, así como una lápida sobre cartela de cueros retorcidos.
El palacio de la Condesa de Vega del Pozo, construido por el arquitecto Máximo Goizueta a finales del siglo XIX, es del más puro estilo neogótico. Presenta una enorme fachada a la que se adosan dos torres almenadas y que se enriquece con un ostentoso escudo con las armas condales. En el interior destaca el detallismo con que se tratan los motivos ornamentales, sobre todo en la escalera y chimeneas.