Zona mixta.

El término confina al N con Enoz y Ochovi, al E con Áriz, al S con Olza y Beasoáin, y al O con Atondo. Realizada la concentración parcelaria (1974): 91 Ha, 11 propietarios, 146 parcelas antes y 35 después. Comunes 175 Ha (83 de pastos).

Posible solar originario del linaje de los Lehet, aparece ya documentado en 1024. La catedral de Pamplona tenía desde el siglo XI-II heredades en su término y el monasterio de Irache (1322) el patronato de la iglesia.
En 1847 sólo contaba con caminos locales, y el valijero de la Cendea de Inza era quien llevaba y traía el correo desde Pamplona.
 

Parroquia de San Millán

Tiene un origen de fines del siglo XIII. Su planta es sencilla y se cubre con bóveda de medio cañón jalonada por arcos fajones. En su interior se encuentra un retablo plateresco de tablas pintadas, una de las mejores obras de Ramón de Oscáriz. Debe fecharse en el último tercio del siglo XVI. Presenta una traza de tres cuerpos divididos en calles más un ático, todo ello rodeado por una pulsera. En el cuerpo inferior se encuentran temas de la Pasión flanqueados por dos largas tablas con apóstoles emparejados; en el central se aloja la talla del titular, sedente, y los asuntos tintados de San Jorge venciendo al dragón y Santos emparejados. Por ultimo, en el cuerpo superior, a los lados de una escultura de la Virgen con el Niño se encuentran las pinturas de San Martín partiendo la capa y otra vez Santos emparejados. Destacan en estas tablas los rostros de los personajes. Las composiciones están tomadas de estampas, algunas de las cuales se han podido identificar. Las figuras se agrupan ante unos fondos renacentistas de corte italiano, si bien se perciben asimismo algunos rasgos flamenquizantes, como el tratamiento de flores y matas en tono descriptivo. El pequeño retablo colateral es asimismo obra de Ramón de Oscáriz ya parece fechado en 1554. Se realizó bajo el mandato del abad Pedro de Lete. En una hornacina central se aloja la imagen del titular San Blas. El resto lo constituyen cinco tablas pintadas que se distribuyen a lo largo de los dos pequeños cuerpos y en el ático, con la historia de la vida y martirio del Santo junto a San Jerónimo, San Gregorio y La Crucifixión. Destaca la cruz procesional, gótica de fines del siglo XV o principios del XVI, de elegante trazado que sigue el de la Cruz de Atondo y a decoración. Se trata de una cruz potenzada cuyos brazos terminan en flores de lis. Acompañan al Crucificado La Virgen y San Juan que se apoyan en candeleros de elegante factura. La macolla, hexagonal y lisa, es un añadido posterior. 

Ermita de Nuestra Señora de Yarte

Formaba parte de un antiguo monasterio medieval. Consiste en una nave rectangular con ábside semicircular y espadaña a los pies de la iglesia. Sirve de templo a la imagen de Santa María de Lete, amable talla de tradición románica. Es una Virgen sedente sobre sencilla arqueta, que porta al Niño que bendice en sus rodillas. Llevaba corona que ha sido cortada quedando tan sólo el arete.