Zona vascófona.

Limita al N con Ituren, Elgorriaga y Santesteban, al E con Donamaría y al O con Urroz de Santesteban.
Desde el punto de vista geomorfológico se distinguen dos partes distintas en este estrecho y alargado municipio que va desde las cercanías del río Ezcurra hasta la divisoria de aguas entre el Cantábrico y el Mediterráneo. El N pertenece al corredor sinclinal (flysch del Cretácico Superior) del Ezcurra o depresión intermedia de Lamare y el S al llamado por dicho geólogo francés el "manto de los mármoles", compleja zona plegada en la que abundan las calizas y calizas dolomíticas, las margas y las margocalizas del Jurásico y las margas del Cretácico Inferior; sus partes más altas rodean, en la divisoria de aguas, los 900 m. Entre el corredor del flysch y el manto de los mármoles afloran las ofitas.
 

Clima

El clima es templado-oceánico, caracterizado por la abundancia y regularidad de las precipitaciones, la ausencia de aridez, incluso en verano, y la moderación de las amplitudes térmicas. Algunos de sus valores medios anuales son: 12º-14°C de temperatura, 1.600-2.000 mm de precipitaciones, caídas en unos 180 días, y 550-600 mm de evapotranspiración potencial.

Flora

Dentro de los bosques dominan netamente los hayedos, localizados en la vertiente N de las montañas de la divisoria de aguas; le siguen en importancia los robledales y castañares, que ocupan las partes más bajas, allí donde no fueron talados para establecer campos de cultivo o prados; la repoblación forestal ha sido insignificante.

Heráldica municipal

En sus sellos aparece la imagen de San Tiburcio, sin que se conozcan colores ni metales. C. M. Baleztena, en sus artículos publicados hace unos años en "Diario de Navarra" sobre Heráldica navarra, escribió: "Son muchos los pueblos que ponen en los escudos de armas la imagen de sus santos patronos; pero tendría más carácter heráldico que apareciesen en ellos los símbolos o características de estos santos. Así por ejemplo, en el caso que nos ocupa, el emblema de San Tiburcio es, dos antorchas encendidas por la luz del cristianismo que con tanto calor esparció entre sus conciudadanos de Roma, y la espada, recuerdo de su martirio, pues fue decapitado después de haber sido sometido a dolorosas pruebas para hacerle prevaricar. Así pues, creemos que debería poner estos símbolos en esta forma: Escudo de gules, en memoria de la sangre derramada en la defensa de la Santa Cruz, con una espada de plata cruzada en sotuer con una palma de oro, representativa del martirio, entre dos antorchas encendidas sumado todo ello de una Cruz de oro".

Casa Consistorial

Situada en la plaza, fue construida a fines del siglo XIX. Consta de dos plantas. Las fachadas son de revoco con esquineras en piedra, así como los enmarques de vanos. El edificio incluye viviendas y posada. El Ayuntamiento está compuesto por alcalde y cuatro concejales.

Historia

Antiguo lugar de señorío nobiliario en el valle de Lerín o Santesteban de Lerín. En 1427 lo habitaban dos familias hidalgas, la del escudero Martín de Oiz y la de Martín García de Arbizu, el cual era titular de los otros cinco fuegos de labradores solariegos.
Hasta la primera mitad del siglo XIX, en que desaparecieron las jurisdicciones señoriales, era lugar de condición administrativa peculiar, ya que aunque el pueblo y el robledal eran de los señores de Oitz, los vecinos elegían su justicia ordinaria. En 1845, Oitz quedó como ayuntamiento separado al disgregarse el valle de Santesteban de Lerín, del que formaba parte. En 1847 sólo tenía caminos locales de herradura. Los niños acudían a la escuela de Donamaria. Más tarde contó con escuela propia. A comienzos del siglo XX había un molino y una posada. Por entonces la ocupación invernal era la elaboración de kaikus y zuecos de madera, cucharas, husos, bastones y cayados de boj.

Palacio

Aparece como de cabo de armería en una relación remitida por la Cámara de Comptos a la Cámara de Castilla en 1723. Por entonces era su poseedor Francisco de Aguirre y Ursúa. Con anterioridad a esa fecha, el palaciano de este solar figuraba ya entre los remisionados caballeros de la merindad el año 1513, recién conquistada Navarra por Fernando el Católico. En 1791 solicitó rebate de cuarteles José Joaquín de Aguirre, dueño del palacio.

De la parroquia de San Tiburcio procede una cruz parroquial labrada en torno al año 1600. Queda algún resto de la torre vieja de la población, en su término hay un puente medieval de sillares sobre el río Ameztia.