Azagra
Zona no vascófona.
Limita al N con San Adrián, al E con Peralta y Funes y al S y O con Calahorra (Rioja).
El Ebro sirve de frontera al municipio por el O y S; describe meandros y forma una baja y amplia llanura aluvial, que sirve de asiento al regadío y cuya altitud es de 280-300 m. Yendo hacia el N y E afloran los yesos oligocénicos y oligo-miocénicos replegados y en gran parte recubiertos por los aluviones de las terrazas fluviales más antiguas, algunas de las cuales han basculado por halocinesis; las alturas oscilan aquí en torno a 400 m (443 en Espinar).
Clima
El clima es de tipo mediterráneo-continental y se caracteriza por la acusada oscilación térmica invierno-verano, por la escasez e irregularidad de las precipitaciones y la aridez estival. Algunos de sus valores anuales medios más representativos son: 13º-15º C de temperatura, 400-450 mm de precipitaciones caídas en 40-50 días, y 725-800 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
Nada queda de los bosques mediterráneos que originariamente cubrirían el territorio: lo que no fue talado y roturado para el cultivo agrario, fue degradado y transformado en pastizales y matorrales pobres. No hay otros bosques que las alamedas fluviales y los pinares de repoblación.
HERÁLDICA MUNICIPAL. En unas ejecutorias de un pleito que junto con Andosilla y Funes sostuvo contra Calahorra en 1540, figura su escudo de sable y un castillo de oro. En bordura de gules las cadenas de Navarra. Hoy usa de azur y un castillo de oro sobre una roca, con la inscripción ACAGRA. Bordura de gules con las cadenas del reino.
CASA CONSISTORIAL. La anterior Casa Consistorial, situada en la plaza, era un edificio del siglo XVIII, que fue derruido en 1958. La actual fue construida en 1956, en ladrillo y con diseño actual. Forma un chaflán en la confluencia de dos calles. Su fachada principal conforma una plaza de reducidas proporciones. Consta de planta baja y tres elevadas.
Su Ayuntamiento está regido por alcalde y diez concejales.
HISTORIA. En su término se han recuperado diversos restos arqueológicos pertenecientes a época romana.
Su nombre de origen árabe («la peña») recuerda los tres siglos de implantación musulmana. La reconquista cristiana del lugar pudo producirse a comienzos del siglo XI, cuando el rey Sancho Garcés III el Mayor consolidó el tramo de frontera próximo a Funes. Bajo García el de Nájera y Sancho el de Peñalén fue centro de uno de los distritos o «tenencias» del reino.
Sin embargo, el avance hasta Milagro no se produjo hasta finales de dicha centuria. Su prolongada función de atalaya limítrofe debió de propiciar el ascenso de una familia de caballeros que, arraigada en la villa, iba a tomar su nombre y que en el siglo XII prestaría destacados servicios a los monarcas de Navarra, Castilla y Aragón; en audaz empresa personal conquistaron además y rigieron el señorío de Albarracín. La población era en 1280 de señorío de realengo y debía una pecha anual que sugiere un notable crecimiento demográfico: 600 sueldos, 150 cahíces de trigo y otros tantos de avena; había una minoría judía que devengaba unos derechos, siquiera mínimos, de escribanía, 6 sueldos. La «torre - y las «cuevas» estaban encomendadas en «honor» por el que se remuneraba al tenente con 160 sueldos, 20 cahices de trigo, 40 de cebada y los derechos del horno regio. Habían adquirido heredades en el término el monasterio de San Millán de la Cogolla en el siglo XI y el de Irache en el siguiente y luego los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén; a estos últimos otorgó Sancho VII el Fuerte (1197) los «naveijos», quizá derechos de embarque, hasta Milagro. Carlos III dio (1403) a su maestrehostal y consejero PedroMartínez de Peralta las pechas regias, que habían descendido a 515 sueldos, 100 cahices de trigo y 50 de cebada. En vista de la considerable regresión demográfica y la plaga de las inundaciones, el mismo monarca condonó (1411) durante diez años la renta por cuarteles y una parte de la pecha.
Por cuenta de Juan II, Pierres de Peralta se apoderó de la villa (1467);y su viuda, Isabel de Foix, la dejó en herencia (1504) a su prima la reina Catalina. Con todo, luego la poseyó Alonso Carrillo de Peralta. El derecho de patronato de la iglesia local había sido cedido por Carlos II(1408) a Pierres de Peralta el viejo.
Durante toda la Edad Moderna fue villa sometida a régimen señorial, ejercido al comenzar el XIX por el marqués de Falces, quien por eso designaba el alcalde ordinario, aunque a propuesta del pueblo. En 1850 tenía escuela, dotada con 2.200 reales al año y se le calculaban 12.000 robadas de tierra cultivada, de ellas 4.000 de regadío que se destinaban a lino, cáñamo, alubias, habas y algo de trigo, además de vid,en tanto que el resto, de secano, producía únicamente vid y cereal.
Cada año se sembraban 7.000 robadas, dejando en descanso el resto, una parte (6.000) durante un año, y otra (2.000) uno o dos. Se incluía en lo dicho 100 robadas de árboles frutales, 200 de viña con riego, 500 sin él y 100 de olivar. El trigo rendía comúnmente 5 por uno, el centeno 4 y el cáñamo 7 arrobas por robada. Había 8.000 robadas incultas, destinadas a pastos de propiedad común. Había barca para cruzar el Ebro, un molino harinero, otro aceitero y telares de lienzos caseros.
En 1856 y 1874 hubo desprendimientos de La Peña –peñasco en el que se acoda Azagra– que produjeron daños humanos y materiales y como amenazaba repetirse se indujo a la Diputación de Navarra a derribar toda la mole rocosa incluido el castillo.
En los años 20 de nuestro siglo había dos escuelas, cinco fábricas de conservas vegetales, un molino harinero y de aceite; telares de lienzo casero, una fábrica de yesos, dos de chocolate, y un hospital sostenido con fondos municipales, entre otros servicios. Se exportaban frutas, espárragos, tomate, pimiento, etc., para las fábricas de conservas de Calahorra y Logroño. «Tenían importancialos viveros de vid injerta y la elaboración de sus vinos (...)».
Es patria de fray Manuel de la Concepción.
Parroquia del Salvador. Se construyó en estilo gótico renacentista on nave única, cabecera pentagonal y capillas entre los contrafuertes, tdo ello cubierto a igual altura por bóvedas estrelladas. Antes de 1530 se documenta la participación el maestro de Peralta Juan
de Ilarregui y más tarde trabajaron en ella los canteros Pascual de Izaguirre y Domingo de Igarzábal, cuyo heredero Domingo de Sa-gastizábal reclamaba pagos en el1658. De 1718 data la nueva sacristía que construyó José de Raón, vecino de Calahorra, y en 1734 Isidro Sánchez levantó un pórtico de ladrillo. El retablo mayor, junto con los laterales de San Francisco Javier y San Gregorio Ostiense, forman uno de los mejores conjuntos del barroco navarro, relacionados por traza y por su decoración con las obras tudelanas contemporáneas. En concreto el retablo mayor es obra documentada de Francisco de San Juan y Velasco y su hijo José, escultores de Tudela, en el año 1700.
Las pinturas del ático de los retablos laterales, tanto el lienzo de los Desposorios como el de la Predicación de San Pedro, las realizó el pintor de Calahorra José de la Fuente Santa María en el año 1730. Los retablos del Corazón de Jesús y de San José, por su parte, son obras gemelas fechables hacia 1680 en los comienzos del Barroco.
Basílica de la Virgen del Olmo. Es un edificio barroco de ladrillo que en el año 1680 estaban levantando Domingo Gutiérrez, vecino de Azagra, y Andrés Martínez, residente en San Adrián. Seis años más tarde Pedro de Alfaro construyó la sacristía. El retablo mayor, de estilo rococó de la segunda mitad del XVIII, cobija una imagen de la Virgen del Olmo y una talla gótica del siglo XIV que sigue la tipología de la Andra Mari.
Al término de Azagra pertenece también la Ermita de San Esteban, del siglo XIV, muy transformada. Hace mucho tiempo que desapareció la de San Ginés.
Arquitectura civil: El casco urbano presenta una traza longitudinal con calles estrechas e irregulares, cuyas casas ostentan algunos escudos.
Castillo. En época medieval, Azagra estuvo defendida por un cas-tillo y unas cuevas excavadas en la peña que servían de depósito refugio en caso de guerra. En 1265 este conjunto defensivo estaba a cargo de Jimeno Pérez de Azagra. Más tarde, en 1276, Lope González de Andosilla prestó homenaje a la reina Doña Juana en manos de Imberto de Belpuch. En 1280 consta como alcaide Ramiro Gil de Lerín, que percibía por la retenencia 8 libras, 20 cahíces de trigo, y el tributo del horno de la villa. En los años en torno a 1300 aparece Ramiro Martínez de Arróniz, al que sucedió su hijo García Ramírez de Arróniz, que en 1321 tenía de asignación 6 libras y 30 cahíces. El merino informaba al recibidor en 1357 que el alcaide Juan Fernández de Rosas residía en el castillo con sus compañías; estas inspecciones se realizaban periódicamente, para evitar posibles negligencias. En 1371 tenía la guarda Jimeno Martínez de Medrano, con 8 libras y 40 cahíces. Carlos III el Noble confió el alcaidío a Diego Pérez de Mirafuentes, hidalgo de Mués, en 1387.
En 1430, con ocasión de la guerra con Castilla, defendió el castillo Pedro Martínez de Amatriain, maestrehostal del Príncipe de Viana, con 3 hombres de armas y 10 ballesteros. Ese mismo año, la fortaleza fue encomendada al pueblo por el rey Juan II, para que la reparasen con el producto de la primicia. En 1455 era alcaide García de Falces.
La villa y el castillo fueron empeñados a los castellanos por mosén Pierres de Peralta, exigiéndoles la garantía de que desde allí no causarían daño a Navarra. Por otra parte, se determinó que, caso de ser contrafuero el empeño, debería echar a los castellanos.
En los primeros años del siglo XVI el señorío pertenecía a doña Isabel de Foix, viuda de mosén Pierres de Peralta, conservándose nota de los gastos hechos en reparar el castillo por los albaceas de dicha señora en 1503-1505. Anteriormente había sido del conde de Lerín, a quien le fue confiscado por don Juan de Labrit, para otorgárselo al de Peralta, como agramontés leal. En 1511 era titular del señorío don Alonso de Peralta, conde de San Esteban. A raíz de la conquista de Navarra por Fernando el Católico, un informe confidencial sobre las fortalezas del Reino incluía entre ellas «la villa de Açagra con su torre fuerte», perteneciente al marqués de Falces.
La vieja torre del castillo, con algunos vestigios de muros defensivos, permaneció dominando la villa hasta 1874 en que desapareció por un desprendimiento de la peña. En los sótanos del castillo se hallaron una silla de montar del siglo XIV y algún otro objeto, conservados hoy en el Museo de Navarra.
Palacio. El palacio de Azagra consta como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. En 1631 pertenecía a Martín de Uroz y Azagra, según se ve en una ejecutorial de ese año. En 1699 se concedió la merced de llamamiento a cortes a don José de Zala y Peralta, que todavía en 1723 solicitó rebate de cuarteles. Nuevo rebate pidió don Felipe Lavid, vecino de Logroño, en 1745.
Según el Libro de Armería, en el siglo XVI el escudo era un león rampante de oro en campo de azur; bordura compuesta de ocho piezas de gules alternando con ocho dados de plata.
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