Berbinzana
Zona no vascófona.
Lugar y municipio situado sobre la margen derecha del río Arga, en una llanura de aluvión, al sur de Larraga, en la Merindad de Olite y Partido Judicial de Tafalla. Limita al N con Larraga, al E con Tafalla, al S con Miranda de Arga y al O también con Larraga. Atravesado de N a S por el Arga y alargado de O a E. es un municipio predominantemente llano, hasta el punto de que la mayor altura tiene 401 m. y la menor unos 315 m. Se halla comprendido entre el anticlinal de Tafalla y el sinclinal de Miranda de Arga, y una extensa capa de aluviones cuaternarios (glacis al O del Arga y tres terrazas en ambas orillas pero sobre todo en la izquierda) que cubre gran parte de las arcillas, entre las que se intercalan algunos niveles areniscosos, del Mioceno, que aflora solamente al O.
Comunicaciones: Carretera local que enlaza con la comarcal NA-132, Estella-Tafalla
Clima
El clima es de tipo mediterráneo-continental: inviernos fríos, sobre todo con situaciones me te reo lógicas de N, veranos cálidos y secos, lluvias escasas e irregulares, cierzo frecuente. Los valores medios anuales más importantes son: 13º-14ºC de temperatura; 450-500 mm de precipitaciones, caídas de unos 70 días: y 725-750 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
Nada queda, si se exceptúa la ripisilva del Arga, de los bosques que hubo antes del poblamiento humano.
ARQUEOLOGÍA. Ha sido localizado un poblado de la Edad del Hierro junto al Arga, reconstruida una de sus casas para convertirla en museo, y descubierto un miliario fechable el año 307. También se ha identificado un asentamiento de época romana, posiblemente una «villa», junto al río Arga.
HISTORIA. La historia del señorío sobre la población durante la Edad Media es confusa. Durante el siglo XI parece que el término formaba parte del de Larraga; el rey García Sánchez III concedió al monasterio de Nájera el de Santa María de Berbinzana, en territorio de aquella villa, donación que confirmó Sancho VII el Fuerte (1223). Fue recuperada nuevamente por la Corona; por los años finales del XIII seguía siendo de realengo; los labradores pagaban al erario regio pechas en especie (trigo, cebada, avena). El primitivo núcleo de población debió de crecer a partir del monasterio de Santa María, dado por el rey García Sánchez III a Santa María de Nájera (1052). El término revirtió al patrimonio de la Corona bajo San¬cho VII el Fuerte.En 1280 los vecinos debían 100 cahíces de trigo y otros tantos de cebada y avena en concepto de pecha, y 50 cahíces y 2 robos de trigo y 93 cahíces de cebada y avena por la «novena». El rey Luis de Hutín cedió (1307) estas rentas a Ojer de Mauleón. A principios del siglo XV, la villa era señorío de mosén Fierres de Peralta, quien la permutó (1414) a Carlos III por Andosilla, y este mismo monarca liberó temporalmente a los vecinos de sus pechas (1416). El príncipe Carlos de Viana concedió vitaliciamente el lugar a María de Armendáriz (1457), pero sus rentas habían pasado más tarde (1495) al conde de Lerín, que las percibía junto con las de Larraga. a cuya jurisdicción perteneció la villa hasta que se instituyó como municipio propio (1647). En I366 contaba con 36 fuegos, todos labradores que habían ascendido a 54 en 1646. Los 404 habitantes de 1786 aumentaron a 672 en 1857. RFJ. JEH. Tras la incorporación de Navarra a la corona de Castilla, Berbinzana tuvo algunas dificultades para asegurar su carácter de villa de realengo, tal como había sido constituida en 1416, y para mantener los privilegios que le había otorgado Juan de Labrit en 1507. Por una parte, el conde de Lerín pretendió tener derechos sobre la villa, y hubo pleito, que se falló a favor de Berbinzana en 1547. Por otro lado, el propio patrimonio real intentó cercenar las concesiones de L507, negando a Berbinzana el asiento en Cortes que entonces se le otorgó (y que ocupó realmente en las de Tafalla de 1508) y reclamándole el pago de pechas. Pero también en este caso hubo al menos tres sentencias sucesivas, las últimas de 1579 y 1580, en su favor. En 1800 ejercía la jurisdicción civil un alcalde y la criminal la Real Corte de Pamplona, en tanto la eclesiástica pertenecía al abad del monasterio de Nájera, que se titulaba simultáneamente abad de la iglesia de Berbinzana y designaba para ésta un vicario y dos beneficiados. En los años veinte de nuestro siglo contaba con un molino harinero, y una central eléctrica. Carlos II el Malo cedió su señorío en el lugar a mosén Pierres de Peralta, a cambio de Andosilla. Carlos III, que frecuentaba sus visitas a Berbinzana para dedicarse a la caza, eximió a los vecinos del pago de pechas (1416). Su nieto el príncipe Carlos de Viana la concedió vitaliciamente a María de Armendáriz y a Francisco de Barbastro (1457), y confirmó un privilegio anterior que la hacía villa realenga (1459), merced confirmada por Juan de Albret, el cual concedió una feria de 8 días al año y mercado cada mes (1507). El conde de Lerín pretendió el señorío de Berbinzana y de Larraga, y mantuvo pleito sobre ello (1547).
HERÁLDICA MUNICIPAL. Trae de azur y una imagen de Santa María de oro, bajo templete de! mismo metal. Estas armas y colores se las dio la Diputación Foral cuando la villa tomó el acuerdo de hacer una nueva bandera con armas propias, a fin de asistir a la coronación de Santa María la Real. Figuran en las vidrieras.
CASA CONSISTORIAL. Edificio construido en 1911, con dos cuerpos elevados a diferentes alturas. En el ayuntamiento se aloja también el Juzgado municipal y el consultorio médico. Recientemente se ha llevado a cabo una mejora en el inmueble con importe de 29,3 millones, financiado con ayuda del Gobierno de Navarra. El Ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.
PALACIO. Hubo en esta localidad un palacio que sin duda existía ya en 1414, fecha en la que mosén Fierres de Peralta se lo reservó, exceptuándolo de la permuta que hizo con el rey de Berbinzana por Andosilla. Carlos III el Noble solía ir allí muchas veces a cazar y a divertirse, y parece que después de 1416 hizo levantar allí un palacio o casa real, tal vez ampliando y mejorando el que existía con anterioridad. A mediados del siglo XV lo poseía el Príncipe de Viana, el cual lo donó en 1459 a María de Armendáriz y Francisco de Barbastro. Según el documento de donación, estaba situado el palacio lindante con la casa propia de la abadía de Nájera y con el fosal o cementerio de la iglesia. Tenía el privilegio de asilo y todas las exenciones y preeminencias de los palacios de caballeros y gentiles-nombres solariegos, entre ellas la del primer asiento en la iglesia. Sin embargo, a la sazón se hallaba quemado y muy derruido, y precisaba urgentes y costosas reparaciones. Según el Diccionario Histórico de 1802, fue el propio Príncipe quien hizo edificar el palacio en atención a la amenidad del sitio y a la abundancia de caza y pesca.
IGLESIA DE SANTA MARÍA. Entre el caserío de esta localidad destaca la parroquia de Santa María, que en la actualidad se presenta como una fábrica barroca del siglo XVIII, aunque existió un templo anterior del siglo XIII del que aún se pueden ver algunos restos. La configuración actual del recinto como una iglesia conventual de planta de cruz latina, con nave de cuatro tramos, crucero y cabecera pentagonal, se debe al proyecto del cisterciense fray Pascual Galbe, llevado a cabo entre 1740 y 1745 por los maestros Antonio Benito de Urrizola y Manuel de San Juan. En el interior presenta sencillas pilastras, articulando sus muros y bóvedas de medio cañón con lunetos, a excepción del tramo central del crucero que lleva una media naranja con fajas radiales. Al exterior presenta muros de sillería, con contrafuertes marcando los tramos y una sencilla portada de medio punto protegida por un pórtico con tres arcadas también de medio punto. Los retablos que adornan el crucero y presbiterio se realizaron una vez acabada la fábrica. Los colaterales son rococós y los realizó Miguel Zufía en 1765 siguiendo el proyecto del veedor diocesano José Pérez de Eulate. El retablo mayor, obra de mediados del siglo XVIII, se cierra con un cascarón y guarda en su hornacina central una imagen de la Virgen sedente con el Niño Jesús, gótica del siglo XIV que responde al tipo Andra Mari. Se trata de uno de los mejores ejemplares de esa tipología, equiparable a las tallas de Los Arcos o Miranda de Arga.
En la mesa-altar se conserva la antigua arca medieval del siglo XIV con inscripción semiperdida. Del mismo siglo es una anaquelería gótica que se aprovecha en los muros del presbiterio. La sacristía guarda diferentes tallas entre las que destaca un Crucifijo del siglo XVII y un San Gregorio Ostiense del siglo XVIII, así como algunas piezas de platería como el ostensorio dieciochesco.
ARQUITECTURA CIVIL. Escaso interés histórico-artístico tienen los inmuebles de la localidad, sólo merece mención una casona con escudo rococó de la segunda miíad del siglo XVIII. El puente medieval de piedra se encuentra muy reconstruido.
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