CASA, DORMITORIOS

Las camas eran casi todas de hierro y a veces les fallaba el mecanismo y se cerraba sin querer. Encima del somier ponían un jergón de hojas de maíz y lo ahuecaban todos los días. El colchón era de lana que lavaban en el río. Lo renovaban de vez en cuando y la lana vieja se la vendían a unos traperos. Las sábanas eran de algodón y las colchas las hacían en casa rellenas de lana.