Olcoz
Zona mixta.
El término confina al N con Biurrun al E con Muruarte de Reta, al S con Barasoain, y al O con Tirapu y Úcar. Posee 170 Ha de comunales, de las que 85 son de monte maderable, 62 de pastos y 23 de secano.
El 23.4.1947 se fundó la Cooperativa Agrícola-Caja Rural de Olcoz. En 1969 se hizo la concentración parcelaria: 452 Ha, 50 propietarios, 1.016 parcelas antes y 101 después.
La catedral de Pamplona y el monasterio de Irache desde el siglo XII y los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén desde el XIII poseyeron heredades en su término.
Su historia fue la de Valdizarbe mientras esta división administrativa existió. Luego, en el siglo XIX, Olcoz quedó convertido en ayuntamiento separado y, ya en el siglo XX, pasó a formar el municipio de Biurrun-Olcoz. Hasta las reformas municipales de 1835-1845, el pueblo elegía sus regidores; desde ellas, quedó sometido al régimen administrativo común.
Igualmente, era el pueblo el que ejercía el derecho de presentación del abad de su parroquia, y en 1847 contaba además la iglesia con un beneficiado, cuya presentación correspondía al rey o al comendador de la orden de San Juan de Jerusalén, según el mes en que se diera la vacante.
En 1847 el lugar contaba con escuela, cuyo maestro percibía cada año 72 robos de trigo y 62 cántaros de vino.
Palacio
Figuraba como de cabo de armería en la relación que en 1723 remitió a Madrid la Cámara de Comptos, por orden de Felipe V. Pertenecía sin duda a la nómina antigua del Reino, aunque no aparece en el rolde de remisionados de 1513, porque al elaborarlo se excluyó expresamente este valle. No obstante, sabemos que su dueño Arnaut de Ozta disfrutaba en 1522 una merced de acostamiento de 7.000 maravedís al año. En 1723 había pasado ya la titularidad a los Baquedano, por vía de casamiento. En 1766 solicitó rebate de cuarteles para los bienes agregados Fernando de Baquedano y Ozta, marqués de Fuerte Gollano y juez de finanzas de la Cámara de Comptos.
El Diccionario de la Academia de la Historia lo describía en 1802 como «un palacio con una torre muy alta y fuerte, que tiene obligación el palaciano de mantener siempre en buen estado». Todavía hoy, en su estructura exterior, constituye un magnífico ejemplar de torre medieval de linaje, con sus ventanas ojivales lobuladas y su airoso adarve de matacanes. Ostentaban un escudo partido: primero, tres veneras de plata puestas en pal sobre campo de azur; segundo, tres fajas de gules en campo de oro, que son las armas de los Ozta, que lo poseyeron en los siglos XVI y XVII.
La Iglesia Parroquial de San Miguel
Era de estilo románico, pero
fue rehecha en el siglo XVII. Es una nave única, rectangular, dividida
en cuatro tramos que incluyen la cabecera recta. De su primitiva
fábrica permanece el pórtico en la fachada norte, réplica del santuario
de Eunate. La portada aparece decorada con bolas en capullo que llegan
a abrirse hasta la flor, entre finos y ondulantes tallos y decoración
menuda sobre un raro capitel acaracolado. Comparte con Eunate la
ornamentación de grecas y el añadido de figuras muy alargadas en la
rosca externa del arco. Tuvo tres retablos de la época del
renacimiento. Los dos colaterales de mano del escultor Pedro de
Arraydu, fueron vendidos hace unos años a un anticuario. El retablo
mayor se atribuye a Domingo Bidarte. En el templo se conserva asimismo
una imagen de Nuestra Señora de la Presentación, romanista de
principios del siglo XVII, que porta al Niño cuya desnudez revela una
firme anatomía. Procede de la desaparecida ermita de La Presentación.
Ermita de San Babil
Es una sencilla construcción cuadrangular, de
aparejo reforzado con sillares en las esquinas y en la puerta que es
adintelada. Se cubre con tejado de teja a cuatro aguas. La imagen
generalmente se guarda en la parroquia.
Arquitectura Civil
Sobresale una torre medieval que formaba parte del antiguo palacio del Marqués de Forte-Gollano y se ha conservado muy bien. Se trata de una fábrica muy sólida, cuadrangular, de dos cuerpos, que remata en una fila de modillones de rollo. El ingreso es por medio de un portalón de medio punto sito en el centro de la fachada. Las ventanas son bíforas, partidas por un mainel y con arcos de tracería gótica.
El resto es un caserío en decadencia donde aún se conservan buenas mansiones con los rasgos de la zona inedia: sillares hasta cierta altura y el remate de material más tosco y pobre; medios puntos de grandes dovelas y escudo superpuesto.
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