Arguiñáriz
Zona no vascófona.
Está situado en una pendiente de la ladera SE del monte Espáraz. Limita al N con Salinas de Oro, al E con el río Arga, al O con Arzoa y al S con Echarren de Guirguillano.
En su término se encontró un ara votiva de época romana dedicada a la divinidad “Loxa”. Antiguo lugar de señorío, dado por el rey Pedro I a Diego Álvarez (1099). El monasterio de Irache poseía en el siglo XII once collazos cuya pecha anual se actualizó (1193) en 7 cahices de trigo por «servicio, torta, y carapito». También la abadía de Iranzu adquirió por donación en la siguiente centuria dos o tres collazos; sus cargas importaban 5 cahices de trigo y 15 sueldos al dueño. En el «Libro del Rediezmo» de 1268 consta el valle de su nombre («Val de Arguinariz») en el que se incluian Agós, Arguiñáriz, Artazu, Ecoyen, Echarren, Gomacin, Guirguillano, Legarda, Orendain, Sarría, Sotes, Viloria y Villanueva. El pueblo perteneció al valle de Mañeru hasta 1845.
Con la reforma municipal liberal que tuvo lugar entonces se constituyó en ayuntamiento separado, para ser más tarde agregado al de Guirguillano. En 1849 ya tenía escuela de primeras letras.
Fue declarado concejo tutelado el 22.6.1970.
En un extremo de la población se localiza la parroquia de San Martín Obispo, vieja fábrica medieval de comienzos del siglo XIII, ampliada y reformada en el XVI. De aquélla época es la nave única, de planta rectangular, que conserva sus cubiertas protogóticas originales, a base de tres tramos de bóveda de medio cañón apuntado con robustos arcos fajones que asientan en ménsulas de rollo. Tras esta nave se sitúa una cabecera gótico-renacentista del siglo XVI, de planta cuadrada y provista de una simple bóveda de crucería con nervios de sección mixtilínea, recogidos en ménsulas platerescas de esquema poligonal. Contemporáneo suyo es el coro alto que se eleva a los pies sobre el arco rebajado. Al exterior, la construcción deja ver muros de sillarejo con potentes contrafuertes, que ofrecen la típica disposición diagonal en la obra del siglo XVI. A esta misma centuria pertenece la portada de arco apuntado que se abre en el lateral de la Epístola. Medieval es, sin embargo, la torre prismática que emerge sobre el tramo de los pies de la nave.
Preside la cabecera de esta parroquia un retablo mayor de hacia 1580, obra del entallador vecino de Huarte Araquil, Miguel de Marzal, que figura entre los más hermosos conjuntos navarros de transición del Plateresco al Romanismo. Se compone de banco, dos cuerpos y ático con tres calles formadas por columnas jónicas y compuestas de fuste decorado en su tercio inferior. Esta mazonería alberga relieves de la Pasión de Cristo y de la vida del santo titular del templo, San Martín, pero especialmente sobresalen las tallas de la Virgen con el Niño y San Juanito y de una santa mártir. Aquélla recuerda a las bellas madonas italianas y puede ponerse en relación con la escultura florentina de los seguidores de Donatelo, mientras que la segunda avanza más hacia el Romanismo. Realza el retablo con su escultura la policromía que llevó a cabo el pintor Juan de Landa.
En la capilla mayor se emplazan también los retablos de la Inmaculada y de la Virgen del Rosario, de los siglos XVII y XVIII respectivamente. Este último retablo incluye dos pinturas sobre talla del segundo tercio del siglo XV que representan a San Miguel acompañado de un donante y San Juan Bautista. Hacia 1570 se fecha el Calvario renacentista que decora uno de los muros de la nave.
La ermita de la Virgen de Gorriza está ubicada en un pintoresco lugar, lejos del pueblo, donde existió el castillo de esta misma denominación. Se trata de un edificio románico de tipo rural, aunque muy restaurado, que presenta nave única y ábside semicircular con bóveda barroca de aristas. La imagen titular, hoy custodiada en Artazu, es una obra problemática que sigue modelos medievales del siglo XIII. En las afueras del pueblo se localiza igualmente la ermita de Santa Águeda, construcción rural de una sola nave de planta rectangular formada por muros de sillarejo y cubierta a dos aguas sobre vigas. La talla de la santa titular, de la primera mitad del siglo XVII, se conserva actualmente en la parroquia.