Jaurrieta
Zona mixta.
Limita al N con Ochagavía, al E con este mismo municipio, el de Escároz y Ororiz, al S con Esparza y el monte Remendía y al O con Abaurrea Alta, Abaurrea Baja y Villanueva de Aézcoa.
Casi todo el término municipal es una alta superficie de erosión situada al pie de la sierra de Abodí, a unos 1.000-1.100 m de altitud y colgada sobre el valle del río Salazar, situado en su parte oriental. Fue modelada a fines del terciario, al ser arrasado un complejo de flysch eocénico muy plegado; únicamente los niveles calizos que hay intercalados en esta formación típica del Pirineo navarro dan algunas crestas, como la de Santa Águeda de 1.173 m. Sus aguas son drenadas por el río Zatoya que, describiendo un arco hacia el E, constituye la cabecera del río Salazar.
Clima
El clima oscila entre lo subatlántico y lo submediterráneo, según la orientación N o S y la altitud. Algunos de sus valores medios anuales son: 6º-10ºC de temperatura, unos 1.400-1.800 mm de precipitación, caídas en 120-140 días, y entre 600-550 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
La vegetación arbórea está constituida por pinos silvestres en las vertientes meridionales y zonas de menor altitud; por hayedos en las partes altas, especialmente en la zona de Remendía y estribaciones de la sierra de Abodí, y por robledales. En total se han repoblado 24,6 Ha con pino laricio de Austria y alerce de Japón.
Heráldica municipal
Trae de gules y un lobo de sable con las uñas doradas, que tiene atravesado en la boca un cordero de plata con los cuernos dorados. Corresponde este blasón al valle de Salazar y a cada una de sus villas en particular.
Casa Consistorial
Situada en la plaza, junto a la iglesia. Fue construida a comienzos de siglo. La última reforma y ampliación se llevó a cabo en 1979.
Consta de dos cuerpos, estando destinada la segunda planta a escuela y consultorio médico. Tiene un amplio zócalo de piedra, y el resto de sus muros exteriores están enfoscados y pintados.
Su Ayuntamiento está regido por alcalde y seis concejales.
Historia
Aparece en la documentación del siglo XI con las grafías «Ejaurrieta» y «Egaurrieta». Consta que en su «territorio» se había alzado el «monasteriolo» de San Andrés, dado en 1068 a la abadía de Leire por Mancio Aznar, sus hijos y su sobrino el monje Aznar. Sus vecinos asistieron en número de 8 a la enajenación a la misma abadía de unos cubilares en el monte Ory (1072); como en tiempos posteriores, figura la villa en tercer lugar, tras Ochagavía y Ezcároz, entre las integrantes del valle de Salazar. Los vecinos de condición villana entregaban su pecha anual a la Corona junto con los demás del «almiradío» hasta que la princesa Leonor concedió a todos (1469) el privilegio de hidalguía.
En 1568 Jaurrieta se separó del quiñón de Errartea y logró un teniente de alcalde exclusivo para ella. En 1630 este último se convirtió en alcalde con jurisdicción propia separada de la del resto del valle a cambio de 600 ducados. En 1846 se consumó definitivamente la ruptura del valle de Salazar y Jaurrieta quedó como ayuntamiento independiente.
Mediado el siglo XIX tenía escuela, dotada con 2.300 reales al año: eran los vecinos quienes proveían el curato, en tanto que los dos beneficios eclesiásticos que también había en el pueblo eran de provisión del párroco y del rey, según el mes en que vacaran. Había un molino harinero sobre una regata y se hacían paños para uso local. En 1880 la villa padeció un incendio que la destruyó por completo, en buena medida por el uso de cubrir los tejados con tablilla. De entonces data el abandono de ésta y la introducción de la teja plana.
En los años veinte de nuestro siglo Jaurrieta contaba con dos escuelas y puesto de carabineros.
Palacio
Aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. y entre los solares exentos del pago de cuarteles o remisionados, en el rolde del tesorero del año 1513. Su poseedor, Juan Ibáñez de Jaurrieta, fue agraciado en 1518 con una merced de acostamiento de 15.000 maravedís anuales. Figura también en la relación elaborada por la Cámara de Comptos en 1723, en cuya fecha pertenecía a don Martín de Lizarazu. Según consta en el libro de Armería, en el siglo XVI el escudo era un águila explayada de oro, en campo de gules.
El patrimonio artístico de la población sufrió en gran manera las consecuencias del incendio de 1880.
Parroquia de San Salvador
Dispone en su interior de tres naves de dos tramos separadas por pilares con columnas adosadas; la central culmina en cabecera semioctogonal. El antiguo retablo mayor había sido realizado por los ensambladores Pedro de Arraydu y Martín de Echeverría durante la primera mitad del siglo XVII; su ornamentación pictórica corrió a cargo de Lucas Pinedo. En la parroquia se guarda la interesante imagen medieval de Nuestra Señora de La Blanca, procedente de la ermita del mismo nombre que se alza en un monte junto al pueblo. Esta es de tradición románica: nave única cubierta por bóveda de medio cañón apuntado sobre fajones sostenidos por ménsulas y cabecera recta. Destaca igualmente un Crucifijo gótico de buena calidad y algunas tallas sueltas.
La Ermita de San Pedro conserva un retablo del siglo XVI, dedicado al apóstol titular, en que alternan pinturas y esculturas.