Zona no vascófona.

Celigueta, Ziligueta. Caserío y antiguo señorío del valle de Ibargoiti, en la merindad de Sangüesa.
Contaba en 1366 y 1427 con un solo fuego labrador, pero habían aumentado a 6 en 1553 y 1646. Tenía 51 habitantes en 1786 y 43 en 1858, 54 en 1887, 28 en 1920, 12 en 1930, 9 en 1940 v 1950, 1 en 1960 y 2 en 1970 y 1981.

Aparece documentado ya en la primera mitad del siglo X («Genealogías de Roda») como señorío nobiliario cuyo titular, Iñigo López, contrajo matrimonio con Velasquita, hija de Galindo Aznar II, conde de Aragón. A comienzos del siglo XV pertenecía el lugar al tesorero García López de Roncesvalles, el cual lo enajenó (1415) a Miguel Laceilla; y a finales de la misma centuria (1488) era propiedad de Tristán de Ezpeleta. Los vecinos cedieron (1317) el patronato de su iglesia de San Pedro a Santa María de Roncesvalles.
En 1802 era su señor el conde de Fuerteventura, dueño también de palacio de cabo de armería. Con todo, su forma de gobierno era semejante a la de los demás del valle: lo gobernaban el diputado del valle y un regidor elegido entre los vecinos.

Iglesia parroquial de San Pedro

En ella se conservan residuos románicos, pero el núcleo del edificio parece corresponder más bien a las obras llevadas a cabo en el siglo XVII por los canteros Joanes de Ayerra y Martín de Sarasti. Contiene un imagen de Santa María, que concuerda perfectamente con la de los restos arquitectónicos más antiguos; es una talla románica, correspondiente muy probablemente a un si¬glo XII avanzado.

Arquitectura civil

Sin embargo más que la iglesia interesa la arquitectura civil representada por la llamada torre de Celigüeta. Este edificio está constituido por un núcleo paralepipédico con garitos en las esquinas. Parece que la esencia de la construcción data del siglo XIII, aunque ha sufrido modificaciones posteriores, entre las que destaca la llevada a cabo moder¬namente (1960) y en la que se sustituyó la cubierta de teja por otra plana y se añadieron las almenas.
Aparece entre los de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. En 1415, el tesorero García Lápiz de Roncesvalles lo vendió a Miguel Laceilla, pasando a finales del -siglo XV al linaje de los Ezpeleta. En 1642 litigó por la exención Jerónima de Rada, viuda de Juan de Angulo y Motza de Ezpeleta, como tutora de su hijo Fernando. En 1689 se creó el título de conde de Villarrea, a favor de José Antonio de Camargo y Pasquier. En 1740, a petición del conde, el Consejo Real declaró que el palacio era exento y, cabo de armería. A comienzos del siglo XIX, el palacio y el señorío pertenecían al conde de Fuerteventura. Hacia 1960 fue recrecido y restaurado por sus propietarios, añadiéndose un adarve con almenas y matacanes, según indicaban los restos medievales hallados al pie de los muros. Al parecer, el palacio fue afectado por las disposiciones dadas a raíz de la conquista de Navarra,sobre demolición de castillos y casas solariegas fortificadas.