ARCHIVO del patrimonio inmaterial de NAVARRA

Desojo

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  • Denominación oficial:
    Desojo
  • Tipo de localidad:
    Municipio simple
  • Censo:
    80 (2016)
  • Extensión:
    14.00 km2
  • Altitud:
    516 m
  • Pamplona (distancia):
    75.00 Km


Zona no vascófona.

Limita al N con Mirafuentes y Mendaza, al E con Mués, al S con Los Arcos y Sansol y al O con Armañanzas y Espronceda.
Su término se extiende de N a S, desde la vertiente meridional de la sierra de Cábrega hasta la ladera S de una serie de colinas y serrezuelas que figuran en el mapa con los topónimos de San Cristóbal (716 m) y Alto de la Dehesa (665 m). Diversas formaciones geológicas y arcillas (oligocénicas)lo atraviesan de O a E: al N las areniscas rojas del Oligoceno, en el centro yesos del Oligoceno Superior y al S arcillas, areniscas y yeso del Oligo-Mioceno.
 

Clima 

El clima es mediterráneo-continental. Los valores anuales medios más representativos son: 500-800 mm de precipitaciones caídas en 80-100 días, 11° de temperatura media anual y 650-725 mm de evapotranspiración potencial.

Flora

De la cubierta vegetal originaria no queda nada. Los únicos árboles existentes, aparte de los cultivados, son los chopos de las orillas de los ríos y regachos y los pinos (9 Ha).

HERÁLDICA MUNICIPAL.Trae de azur y dos palmas de oro cruzadas en sotuer.

CASA CONSISTORIAL. La Casa Consistorial, situada a la entrada del casco urbano, fue construida hace 30 años para utilizarla además como escuela y vivienda de maestros. Posteriormente se adosó a su fachada posterior un nuevo cuerpo. Las últimas reformas tuvieron un importe de 11 millones y fueron financiadas con ayuda del Gobierno de Navarra. El Ayuntamiento está regido por alcalde y cuatro concejales.

HISTORIA. En su término se recogió un pequeño útil pulimentado; se ha localizado también un yacimiento arqueológico en la Dehesa de Sansol y diversos yacimientos al aire libre del Eneolítico-Bronce.

Es una antigua villa de señorío realengo que el monarca Sancho VI el Sabio dio a la Orden del Temple (1157). Encuadrada en la encomien­da de Aberin, pasó con ésta a domi­nio de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén (1312) tras la disolución de los Templarios. Los diezmos de la iglesia local los debió compartir (983) con el obispo de Nájera de la abadía de Albelda, a la que ante­riormente se habían atribuido.

Su historia principal es la del valle de Aguilar, de que forma parte; aunque, desde el punto de vista ad­ministrativo, se separó en 1665 al obtener del rey la jurisdicción crimi­nal y civil, baja y mediana, y la gra­cia de asiento en Cortes por 8.000 reales. Desde entonces hasta la re­forma municipal de la primera mitad del siglo XIX la villa fue gobernada por un alcalde que nombraba el vi­rrey a proposición de los vecinos.

En 1847 tenía escuela, y entre sus riquezas destacaba el ganado lanar. Tras la modificación de los fueros se había acabado el contrabando de sal. En 1846 se había separado del valle de Aguilar, con el que contri­buía sólo a efectos fiscales.
Entrado el siglo XX, existía en Desojo una fundación benéfica para hospital y misericordia.

PALACIO: No figura entre los de ca­bo de armería en la nómina oficial del Reino. No obstante, consta do­cumentalmente que en 1718 solicitó rebate don Juan Manuel Arana de Aróstegui y Daoiz, alegando que poseía la citada calidad. El antiguo solar estaba vinculado al mayorazgo de los Daoiz desde hacía tiempo.

En el Libro de Armería consta que en el siglo XVI existía ya un palacio en Desojo, cuyo escudo era de gules con un árbol de sinople. En 1513, en el rolde del tesorero, apare­cen dos caballeros del lugar como remisionados de cuarteles: Johan de San Esteban, llamado «Compañón» y Gonzalo de Torres. Uno de ellos era sin duda el palaciano.

La iglesia parroquial de Santa María se levanta en la parte más elevada de la villa, su construcción data de hacia 1548. El templo es de estilo gótico-renacentista, reformado en estilo barroco alrededor de 1737 por el cantero Juan Bautista de Arbaiza, principalmente en la nave y exteriores. Todo ello ha dado como resultado una iglesia con planta de cruz latina. El crucero está muy destacado, cubierto, al igual que la cabecera trapezoidal, por unas decorativas bóvedas estrelladas, enriquecidas por claves figurativas. Sobre los tres tramos de la nave se extiende una bóveda barroca de medio cañón con lunetos, que apoya en cornisa y dobles pilastras.

Al exterior, un aspecto severo se ve reducido con la portada y la torre, ambas con diseño barroco propio del siglo XVIII. La puerta se perfila con un potente baquetón mixtilíneo entre columnas, y remata en hornacina flanqueada por pilastras y aletones.

Del mismo momento que la fachada es la torre, decorada con balaustrada y numerosos jarrones. De proporción esbelta, consta de un largo fuste y cuerpo de campanas octogonal con medios puntos y óculos en los frentes, culminando el conjunto en cúpula y linterna decorada por pináculos y bolas.

Entre las piezas artísticas conservadas en la parroquia cabe señalar la Virgen del Rosario, talla de la Virgen con el Niño, gótica de mediados del siglo XIV y que se venera en un altar rococó de la segunda mitad del siglo XVIII. Al estilo romanista de hacia 1570 pertenecía el retablo mayor, algunos de cuyos relieves se han aprovechado en el actual, de estilo neoclásico, realizado en 1797 por el arquitecto Juan Martínez de la Fuente, vecino de Los Arcos. En la obra del primitivo retablo intervinieron el escultor riojano Pedro de Arbulo y Juan Martínez de Gastaminza, escultor de Olazagutía, quien en 1588 cedió a Bernabé Imberto la terminación del retablo, con las imágenes de Nuestra Señora de la Natividad y la Asunción. Del conjunto destacan el relieve del Descendimiento, en relación con la obra de Pedro Arbulo y la Virgen con el Niño de Imberto, de majestuoso porte clásico. Centran el retablo mayor los colaterales de la Inmaculada y Sagrado Corazón, realizados en 1602 por el escultor Juan de Araoz. Su traza manierista contiene relieves y bultos de estética romanista. La serie de retablos se completa con el del Santo Cristo, de estilo rococó, y en cuya realización intervinieron entre 1765 y 1770 Dionisio de Villodas y Lucas de Mena.

En la Arquitectura Civil predominan las viviendas de esquema simple, si bien algunas de ellas enriquecen sus fachadas con blasones barrocos. Dos ejemplos se ven en la calle Mayor, otro en una de sus bocacalles y el último en la calle que conduce a la iglesia.