PERMISO, BALÓN, MATADERO, GUARDA, MATARIFES, VETERINARIO, PARIENTA, SAL, PAN

Los días de matanza los chicos incluso pedían permiso para no ir a la escuela. La vejiga del cerdo la utilizaban de balón. Había un matadero que construyó el ayuntamiento en 1929. Estaba muy bien preparado. Había un guarda, y había que ir a apuntarse, porque había dos meses en los que se mataban al día 32 cerdos. Solía estar todo lleno. Había unos matarifes que mataban muy bien. También un veterinario analizando todo allí. Después de matarlo, el mismo matarife lo descuartizaba. Solían matar dos cerdos cada vez, para no hacer aglomeración, pues un cerdo de 130 kilos da para mucho. El hueso del cerdo en alubias y patatas, por ejemplo, era extraordinario. Aprovechaban todo. En el pueblo había muchas mondongueras. Una parienta de la familia se ganaba el dinero de mondonguera. Había unas cuantas mujeres que lo hacían muy bien y sacaban muy buenas matanzas. Debían tener muy buena costumbre para apretar bien, por ejemplo. La sal y todo lo echaban a ojo y siempre les salía bien. El pan también se hacía a ojo. Su madre nunca pesaba nada y echaba la sal y la harina a ojo.