En su casa tuvieron siempre luz eléctrica. Entonces no había contadores, se pagaba por bombillas. Utilizaban "ladrones" para sacar otra bombilla y pagar lo mismo, pero había que tener cuidado, ya que te podían denunciar los luceros si veían dos puntos de luz por la noche. Explica cómo su padre hacía el truco del alargador y el ladrón. Imagina que el pago sería por meses y por bombillas. Además tenían un candil con aceite y con una mecha para los viajes cortos por la casa. Comenta que la gente rica podía tener luz por toda la casa. El lucero controlaba, cobraba y reparaba. Hacían la ronda y les avisaban si había algún problema. Recuerda que en cuanto empezaba una tormenta, siempre se iba la luz.

La casa, los oficios