EL SERMÓN DEL CURA (2ª parte)
Era un cura que había cantado ya misa, pero no sabía qué predicar. Venía por el camino y miró debajo un puente por donde pasaban unos peces. Al verlos, dijo:
–Debajo puentis pecis caparotis melonorum.
Y, aunque no sabía predicar, se comprometió a hacerlo. Cuando llegó a la iglesia, subió al púlpito, extendió los brazos y pronunció:
–Debajo puentis pecis caparotis melonorum.
Y ahí terminó el sermón, porque ya no sabía más.