NAFARROAKO ondare materiagabearen ARTXIBOA

  • Argitaratze urtea:
    2015
  • Egileak:
  • -   García Gómez, Enrique
  • Bolumena:
  • Zenbakia:
  • Orrialdeak:
  • Argitaratzailea:
    Universidad de Castilla-La Mancha
  • Lan mota:
    phdhttp://purl.org/dc/dcmitype/Text
El objetivo principal de esta Tesis Doctoral ha sido realizar un estudio desde el punto de vista etnobotánico y etnográfico, de la importancia durante el Holoceno, de los frutos de las diferentes especies del género Quercus para los habitantes de la península Ibérica. Para ello se han planteado como objetivos específicos conocer el valor que los frutos de las encinas y robles han tenido a lo largo del tiempo, y en determinadas épocas, zonas y situaciones sociales, como alimento básico y como recurso de subsistencia en momentos de escasez; profundizar en el conocimiento del aprovechamiento de las bellotas como recurso medicinal y explorar en qué aspectos de la cultura popular está o ha estado presente. Dentro de las especies ibéricas del género Quercus, Q. ilex subsp. ballota es la que ha tenido más importancia por el fruto, pues por un lado es la única que produce grandes cosechas de bellota más o menos dulce, y por otro lado es la especie de su género más abundante y con mayor dispersión geográfica en la península Ibérica. Sin embargo donde no existen o son escasas las encinas productoras de bellotas dulces se han utilizado otras especies de bellotas más amargas. Para facilitar su palatabilidad, para que pierdan el amargor debido a los taninos, se tratan las bellotas por lixiviación, tostado o cocido fundamentalmente. La abundancia, la proximidad y el tratarse de un fruto grande y comestible han hecho posible, según se ha comprobado en esta investigación, una intensa relación de las poblaciones humanas con las bellotas desde la prehistoria hasta bien avanzado el siglo XX. Relación que continúa hoy día, en forma de nuevos productos y aprovechamientos. Se han obtenido evidencias del uso directo por parte del ser humano desde hace más de 10.000 años. Los restos hallados en más de cien yacimientos arqueológicos distribuidos por todo el ámbito de estudio demuestran que las distintas culturas peninsulares han realizado las diferentes fases necesarias para el aprovechamiento de las bellotas: recolección, almacenamiento y procesado. Estas evidencias nos hacen suponer la importancia que tuvieron tanto en la alimentación humana, sobre todo en periodos de escasez de productos agrícolas, como en la cultura popular inmaterial. Para la obtención de los datos recogidos en la investigación se han utilizado varias fuentes de documentación. Por un lado el estudio de memorias e informes relativos a proyectos de excavación de yacimientos arqueológicos de todos los periodos culturales que han estado presentes en la Península. Por otro lado la revisión de fuentes documentales escritas pertenecientes a diferentes ámbitos: literarios, agrícolas, forestales, etnográficos¿ desde las clásicas griegas y romanas hasta autores contemporáneos nuestros. Para complementar todo lo anterior, e intentar comprobar la pervivencia de prácticas o saberes, se ha procedido a encuestar a informantes que manera directa, o a través de sus mayores, son conocedores del entorno natural y de la utilización de la bellota como recurso. Utilizando una encuesta semidirigida se han entrevistado a 65 personas, de una media de edad superior a los setenta años, del centro oeste peninsular, originarias de zonas con abundancia de encinares y otras formaciones de Quercus, que han aportado sus conocimientos y experiencias. Gran parte de los datos obtenidos corroboran que los aprovechamientos y las técnicas utilizadas hasta mediados del siglo XX han permanecido prácticamente inalterados desde hace milenios. Se ha analizado la relación de las diferentes sociedades con las bellotas desde el punto de vista cultural: su aprovechamiento material (como alimento o como recurso medicinal humano) o su utilización inmaterial (folclore, simbología, léxico). Y se han documentado procesos y usos no recogidos hasta ahora en los estudios etnobotánicos llevados a cabo en nuestro país. La información recogida indica que el consumo humano ha sido continuo y generalizado desde la prehistoria hasta los años sesenta del pasado siglo, inicio del desarrollo socioeconómico de la población a escala general. Se ha documentado su consumo en crudo, asadas y tostadas, cocidas, en horchata, como sucedáneo de café, en tortas, como gachas o purés, pan, aceite, dulces, en guisos, etc. A su vez las bellotas se han utilizado con finalidad medicinal, fundamentalmente para combatir la diarrea, gracias a la riqueza en taninos y a la astringencia que su ingesta produce. El patrimonio cultural inmaterial basado en la palabra ha dado lugar a una gran diversidad de figuras literarias. Algunas, como los poemas y las poesías, han sido creadas en su mayor parte con la intención de permanecer a lo largo del tiempo gracias a la escritura. Sin embargo, la inmensa mayoría de esta cultura popular emana del pueblo de manera espontánea y se transmite oralmente de generación en generación, relatando las experiencias y tradiciones de los diferentes lugares. Las expresiones orales recogidas, que reflejan la importancia que las sociedades rurales han dado a la bellota a lo largo del tiempo, engloban adivinanzas, refranes, dichos, greguerías, coplas, canciones y juegos de palabras. Por otro lado la gran importancia de la bellota en la vida cotidiana de muchas áreas geográficas españolas ha dado lugar que a lo largo de la historia haya tenido un gran valor simbólico. Se han encontrado numerosos restos de bellotas, o de adornos de muy diferentes materiales en forma de bellota, en contextos rituales, funerarios o de cultos en yacimiento de diversas épocas prehistóricas. Y la iconografía, en sus ámbitos más dispares, recoge continuadamente la imagen y forma de la bellota, manteniendo tradiciones, creencias o supersticiones ancestrales. Toda esta riqueza cultural acumulada se ha visto reflejada en los abundantes términos lingüísticos incorporados a nuestro idioma. Palabras derivadas de la acepción bellota o sus sinónimos, palabras homógrafas, diferentes acepciones para designar al mismo fruto, fitónimos¿ han sido recogidas como muestra de lo anterior. Esta intensidad y continuidad en el uso humano de la bellota a lo largo de los siglos es posible que haya influido en la selección y distribución ¿tanto de la encina como de otras especies productoras de bellotas¿ en la superficie peninsular. Podemos pensar que en la composición de las dehesas actuales el porcentaje de encinas dulces sea superior a lo que las correspondería si de una distribución natural y aleatoria se tratase, pues las dehesas son formaciones vegetales de origen antrópico, a las que se ha llegado tras un aclareo del primitivo monte mediterráneo.