- Español
- Euskara
- English
- Français
Desde niño he mamado en casa el amor al baile regional y he de confesar que miraba con mal disimulado orgullo a mi padre cuando, a sus setenta años, salía a la plaza del pueblo bailando el primero el Zortziko de Ituren, mientras el hermano repetía incansable los aires tradicionales con el txistu. Siendo seminarista, asistí a la formación del grupo de danzas «Mendaurko Artzaiak» de Ituren, con más de 18 números y donde hice mis pinitos. En el Seminario pude estudiar algo de música y de txistu. Con estos antecedentes llegué a Valcarlos el 31 de agosto de 1966 donde he vivido hasta el 24 de mayo de 1973. Uno de los primeros descubrimientos fue para mí, la extraordinaria importancia que concedían en el pueblo a sus Bolantak: el interés con que hablaban, la emoción que les causaba toda actuación de Bolantes, la pasión con que defendían tal o cual rito o costumbre tradicional, lo metidos que estaban, en fin, en el alma popular la afición y el amor a sus bailes.