EL CURA SIN VÁTER
Un obispo fue a un pueblo a hacer una visita y no habían visto nunca en ese pueblo a un obispo. Y tenía tan mala casa el cura del pueblo, que no con- taba con retrete.
–¿Qué haremos? –se decían preocupados porque no había retrete.
Así que decidieron que había que poner, en lugar de retrete, un cesto en- cima de un agujero para que defecara allá el obispo y uno debajo con una es- coba para limpiarle.
Pero, después de cagar, el obispo, sorprendido, asomó la cara al cesto y el que estaba abajo le dio en la cara con la escoba sucia.