LA PEÑA DE LA PARIDA
Por lo visto, iban dos mujeres de Aguilar a Codés de las cuales una estaba a punto de dar a luz. De repente, le sobrevino el parto y, entonces, como no tenían nada, dijo con preocupación su acompañante:
–Jo, no tenemos nada.
Como el parto seguía adelante, la otra mujer dijo alguna jaculatoria y, en ese momento, brotó agua de aquella piedra para que pudiera lavar a la parturienta.
Es una cosa rarísima, porque se trata de una piedra que está al final de una pendiente muy pronunciada rodeada de riscos, donde siempre hay agua.