Lesaka
A) Zonificación según la Ley del Vascuence
Zona vascófona.
B) Estadísticas sociolingüísticas
Fuente: Instituto de Estadística de Navarra (IEN). Censo de 2001
C) Mapas dialectológicos
Atlas Lingüístico y Etnográfico de Aragón, Navarra y Rioja (ALEANR) (Alvar, 1979-1983)
D) Recopilaciones y estudios monográficos sobre el habla y el vocabulario de la localidad
Limita al N con Irún (Guipúzcoa) y Vera; al S con Goizueta y Aranatz; al O con Igantzi y Etxalar.
Tiene 5.486 Ha, de las cuales 4.711 (el 85,5%, corresponden a la propiedad comunal: 1.996 de helechales, 1.783 de monte maderable, 758 de pastos).
El territorio puede dividirse en dos grandes unidades geomorfológicas: una cubeta intramontañosa y un macizo cristalino. La cubeta es una continuación hacia el N de la de Yanci y, como ella, es en parte erosiva y en parte estructural. Fue excavada en el Cuaternario por la erosión a expensas de las calizas del Carbonífero, que habían sido previa e intensamente meteorizadas en la Era Terciaria, pero en parte la cubeta debe su configuración a la estructura, que es de tipo sinclinal. La red hidrográfica del arroyo Onín, en forma de abanico, avena la mayor parte del territorio hacia Lesaca y el Bidasoa, cuyo cauce discurre a unos 50 m de altitud; este río recibe también directamente otros arroyos y regatas, como el Endara, que avena la parte occidental del término. Aquí se alza, en la muga con Guipúzcoa, el único macizo cristalino de Navarra, el de las Peñas de Aya (832 m), con su aureola metamórfica.
Clima
El clima es temprano-atlántico: débiles oscilaciones térmicas entre los inviernos, que son suaves, y los veranos, que son moderados, y lluvias abundantes y regulares, sin verano seco. Algunos de sus valores medios anuales son: 12°-14°C de temperatura, 1.600-2.000 mm de precipitaciones, caídas en unos 180 días, y 600-700 mm de evapotranspiración potencial.
Flora
Lesaka conserva restos poco extensos de la cubierta vegetal primitiva, formada principalmente por hayas en las montañas y robles en las partes bajas. Los hayedos más importantes se localizan en el O y NO. Los robledales se presentan en forma de pequeñas manchas dispersas por el interior y el N del municipio. Ha habido una importante labor de repoblación forestal, que también afecta principalmente a las montañas del O, aunque se extiende por todo el término municipal; se hizo preferentemente con pino insigne y alerce del Japón.
Heráldica municipal
Cuartelado. Primero de plata, dos hierros de flecha azules y en campo de oro dos lobos negros andantes. Segundo de plata y una cruz sobre nubes. 3.° de gules y las cadenas de Navarra de oro. 4.° de plata, una encina de sínople y a los lados abarcas de oro atadas con lazos rojos. Por timbre una corona abierta.
Casa Consistorial
Es un edificio barroco construido para ese fin en el siglo XVII. Ha sufrido numerosas reformas, sobre todo en su disposición interior. Se sitúa en la plaza y su tipología obedece al modelo típico vasco. Tiene en su planta baja un pórtico columnado. Todo él está realizado en piedra de dos colores. Se ejecutó a mediados de los años 80 una reforma del edificio por un importe de 19,3 millones.
El ayuntamiento está regido por alcalde y diez concejales.
Historia
En su término se sitúa parte de la estación dolménica de Lesaka, con el dolmen de Amargungo Zearra, y parte del sector de Goizueta-Artikutza-Aranaz, con el dolmen de Bianditz Izo.
Consta ya en el problemático documento (980) del obispo Arsius sobre los límites diocesanos de Bayona, confirmados en todo caso por los papas Pascual II (1102) y Celestino III (1194). Así mismo, cuando Alfonso VIII de Castilla concedió a Fuenterrabía una carta puebla (1203) señaló entre sus fronteras los montes de Lesaka. Los dos primeros Registros de cuentas (1266 y 1280) no recogen ningún tipo de contribución procedente de esta localidad. Cabe suponer, pues, que el núcleo urbano nace al mismo tiempo (primera mitad del siglo XIV) que la denominada agrupación de Cinco Villas de Montaña.
La villa se rebeló (1358) contra el monarca navarro, Carlos II, pero Domingo Martínez, vecino del lugar, y Juan Pérez de Ezpeleta, escudero, obligaron a la población a volver a la obediencia real. Diez años después (1368) el rey concedió a Tercellet de Anecurt todas las rentas de Lesaka y Bera en pago a los servicios que le había prestado durante su prisión en Francia. El nuevo propietario decidió (1373) vender al soberano navarro dichas rentas por la cantidad de 6.000 francos, a quien a su vez, las donó (1378) a Anecurt Guillermo, bastardo de la casa de Armañac. Parece ser que Carlos II había concedido ciertos privilegios a la villa ya que Carlos III amplió (1402) las concesiones hechas por su padre. Estas gracias concedidas se deben, posiblemente, al importante papel que desempeñó Lesaka en la defensa de la frontera frente a Guipúzcoa, en especial en el siglo XIV cuando los bandidos procedentes de estas tierras irrumpieron en el reino en busca de botín.
A efectos fiscales está catalogada en los Registros de Comptos (1395) como buena villa, si bien no está documentada su asistencia a Cortes hasta el siglo XVI (1525), Juan II les eximió del pago (1444) de cuarteles, durante treinta años, en compensación a los grandes daños que la población había sufrido en la guerra con Castilla. Juan de Labrit y Catalina les otorgaron (1499) celebrar mercado quincenalmente y dos ferias anuales de quince días cada una. Tal vez, la mayor fuente de ingresos de la zona la constituían las ferrerías diseminadas por todo el término y que en ocasiones el rey enajenaba a particulares para su explotación como es el caso de Juan Pérez y Martín de Goizueta (1320).
La villa contaba con 52 fuegos de labradores en 1366-, si bien para 1427 no hay cómputo, debido probablemente al gran incendio registrado en 1411 que destruyó muchas casas. Sin embargo, la población se recuperó y en 1553 constan 264 fuegos que en 1646 aumentaron a 293 fuegos y en 1786 a 2.035 habitantes. A partir de esta fecha el ascenso fue menor con 2.180 y 2.303 habitantes para 1824 y 1857 respectivamente. La iglesia parroquial, bajo la advocación de San Martín, pertenecía hasta 1567 al obispado de Bayona.
Es lugar de nacimiento del escritor Eladio Esparza (1888-1961).
Palacio de Zabaleta
El edificio, también conocido como de Lebrija, situado en medio de esta localidad, figuraba como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. Constituye un ejemplar excepcionalmente bien conservado de las viejas torres de linaje del siglo XV, con su airoso coronamiento de matacanes. Este noble solar sostuvo en el siglo XV sangrientas rivalidades con el de Alzate. En 1444, Juan II recompensó los servicios del palaciano Ochoa Lópiz de Zabaleta, que defendió Lesaka contra los guipuzcoanos, concediéndole caudales para reedificar su casa-torre, que había sido incendiada por el enemigo. En 1603 pertenecía a Diego de Zabaleta, que cobraba 20.000 maravedís de acostamiento al año. En 1748 el dueño era Pedro Tomás Dávalos y Zabaleta, que solicitó rebate de cuarteles. Según el Libro de Armería, el escudo era de oro, con cuatro escudetes de gules cargados de una cruz llana de plata, acompañados de tres panelas de sinople, puestas dos a los costados y una en punta.
Enlaces a archivos de interés:
Archivo General y Real de Navarra
Archivo Diocesano del Arzobispado de Pamplona y Tudela
Portal de Archivos Españoles (PARES)
Enlaces a hemerotecas de interés:
Hemeroteca del Diario de Navarra
Hemeroteca del Diario de Noticias
Hemeroteca de la Biblioteca Nacional
Parroquia de San Martín de Tours
Edificio cuya planta de cruz latina está cubierta por bóvedas de crucería estrellada. La iglesia, de empaque catedralicio, se construyó en el siglo XVI, época a la que pertenecen las portadas laterales, que conservan decoración renacentista. La portada de los pies, con traza de retablo, es barroca y se cobija bajo un pórtico cuya bóveda lleva la fecha de 1736. Sobre él se eleva la esbelta torre barroca. Preside el interior del templo un gran retablo mayor sufragado con los bienes legados en Guatemala en el testamento de Juan de Barreneche, en 1748. Su potente traza arquitectónica fue diseñada por el guipuzcoano Tomás de Jáuregui, quien se inspiró en los retablos de Vergara y Segura, trazados por Diego Martínez de Arce. La fecha de realización se centra entre 1751 y 1752 aunque el dorado, obra de Andrés de Maya, no se concluyó hasta 1777. La traza describe una curva cóncava para adaptarse al ábside. Se alza sobre un basamento de jaspe negro y se compone su cuerpo de cuatro columnas gigantes de capitel compuesto que forman tres calles, rematándose por un entablamiento quebrado sobre el que monta su cascarón, centrado por una gloria con la Santísima Trinidad. Sobre peanas rococó se albergan en las calles las esculturas de San Gregorio Magno, Santiago el Mayor, San Juan Bautista, San Jerónimo y San Agustín, imágenes de paños movidos y actitudes teatrales. El sagrario baldaquino está ocupado por una exquisita imagen de la Inmaculada Concepción sobre peana de serafines, obra firmada por Luis Salvador Carmona que fue enviada desde Madrid en 1754. Igual autoría y origen tiene el grupo de San Martín en gloria que ocupa el camarín del retablo, flanqueado por San Ambrosio y San Juan Crisóstomo. Sobre la cornisa se emplazan las esculturas de bulto de los Evangelistas y San Pedro. Hacen juego con el mayor los retablos colaterales, en uno de los cuales destaca una imagen de Nuestra Señora del Rosario.
Órgano
Cuenta con un formidable ejemplar de estilo ecléctico. A finales del siglo XIX y comienzos del XX hay una gran actividad organera en Navarra. Pamplona y los valles del Baztán y Cinco Villas, influenciados por Francia y Guipúzcoa, sustituyeron sus viejos órganos por los nuevos de moda.
Las cajas adoptadas para estos instrumentos incluyen elementos dispares y de estilos mezclados (seudogóticos, «románicos», clásicos, etc.). A pesar de todo, algunas de ellas logran una belleza singular, que está en consonancia con la calidad de su estructura (romántica) y tubería interior.
Convento de Nuestra Señora de los Dolores
Es una destacada obra de arquitectura conventual carmelitana del siglo XVIII. Fue sufragado gracias a la generosidad de un indiano, Ignacio de Arriola y Mazola, natural de Pasajes, que amasó una gran fortuna en Cuzco y envió siete cajones de plata labrada para fundar y dotar el convento. El plano de la nueva fundación fue diseñado por el tracista de la orden carmelita fray José de San Juan de la Cruz, residente en el convento de Logroño. Se conservan los planos firmados por el propio tracista en Lesaca el 28 de noviembre de 1767. La fachada del convento, en línea con la de la iglesia, responde al proyecto que Fray Lorenzo de San Nicolás incluye en su tratado de Arquitectura. El exorno artístico del templo fue destruido en la francesada. Se destruyó el retablo mayor cuya traza firmada por José Ramírez aún se conserva. Las piezas de plata americana pasaron a la parroquia. El convento ha sido abandonado recientemente por la comunidad.
La villa cuenta además con las ermitas de San Antonio Abad y del Salbatore.
En su pintoresco casco urbano atravesado por la regata destaca la , torre medieval de planta cuadrada perteneciente al siglo XV al igual que otra de la misma época y también gótica. Abundan también las grandes casas barrocas con blasones, en su mayor parte del siglo XVIII.