Larrangotz
Zona no vascófona.
El término limita al N con Murillo, al S con Turrillas, al E con Artajo y al O con Beroiz. Comunes, 130 Ha.
Hasta las reformas municipales de 1835-1845 gobernaban Larrángoz el diputado del valle de Lónguida y un regidor que se elegía entre los vecinos del pueblo. En 1847, el abad de la parroquia era de provisión de los vecinos; se recibía el correo desde Aoiz y los caminos eran sólo de travesía y se encontraban en mediano estado. A comienzos de nuestro siglo se formó una Caja rural.
Enlaces a archivos de interés:
Archivo General y Real de Navarra
Archivo Diocesano del Arzobispado de Pamplona y Tudela
Portal de Archivos Españoles (PARES)
Enlaces a hemerotecas de interés:
Hemeroteca del Diario de Navarra
Hemeroteca del Diario de Noticias
Hemeroteca de la Biblioteca Nacional
Iglesia de San Bartolomé
El edificio, realizado en piedra, se encontraba en 1988 invadido por la abundante vegetación que ocultaba la zona exterior de la capilla mayor y parte de la torre campanario situada a los pies. Es de nave única, con cabecera semicircular dividida en tres paños por contrafuertes. A través de la yedra se distinguen algunas ventanas estrechas v de arco de medio punto, localizadas en el lado sur, parte baja de la torre, tercer tramo y presbiterio.
El interés mayor radica en su portada gótica (siglo XIII), abierta en el lado de la epístola, flanqueada por contrafuertes. Es de arco apuntado y carece de tímpano, síntoma de modernidad frente al estilo general del templo, de tradición todavía románica. Ménsulas y capiteles en que apoyan sus arquivoltas se decoran con tallas bastante mutiladas, entre las que se distinguen algunas cabezas humanas, un jinete con escudo cruciforme (izquierda) y un águila con las alas desplegadas (derecha), identificable, tal vez, con las armas del palacio de Larrángoz.
Palacio
Entre los edificios civiles destaca el palacio medieval, adosado a una torre cuadrada con muros aspillerados. Aparece en documentos de los siglos XIV y XV. En 1565, Charles de Ayanz, señor de este palacio y del de Alzórriz, llevó pleito en las audiencias reales para que se le despachase cédula de remisionado. Según el Libro de Armería del Reino, recopilado en el siglo XVI, el escudo de armas del palacio era un águila de sable, sobre una liebre de su color, en campo de plata.