NAFARROAKO ondare materiagabearen ARTXIBOA

Lerín

lerin.escudo.jpg
  • Izendapen ofiziala:
    Lerín
  • Herri mota:
    Udalerri bakuna
  • Errolda:
    1.673 (2016)
  • Hedadura:
    97.00 km2
  • Garaiera:
    437 m
  • Iruña (distantzia):
    55.00 Km



Zona no vascófona.

Limita al N con Allo, Oteiza y Larraga, al E con Miranda de Arga y Falces, al S con Andosilla y Cárcar y al O con Sesma.
Dos estructuras de tipo halocinético se reparten su territorio: al N, el sinclinal de Miranda de Arga, en donde afloran los yesos con arcillas de la Formación de Lerín (Oligoceno-Mioceno) y, en la parte superior, las arcillas con niveles de caliza (Facies de Tudela) del Mioceno; al S, el anticlinal de Falces, en cuyo eje afloran los yesos alternantes con arcillas del Oligoceno. El río Ega (350-340 espacios m) en blanco corta ambos pliegues transversalmente y entre él y sus barrancos afluentes han modelado un relieve de crestas que ronda los 450-500 m, separadas por valles de rumbo ONO-ESE. A ambos lados del río los aluviones se escalonan en diversos niveles de terrazas fluviales.

Clima

El clima es de tipo mediterráneo-continental subárido: inviernos fríos, veranos calurosos, fuertes oscilaciones térmicas, lluvias escasas e irregulares, verano seco y cierzo frecuente e intenso. Los principales valores meteorológicos medios anuales son: 12°-14ºC de temperatura, 400-600 mm de precipitaciones, caídas en 50-80 días y 700-750 mm de evapotranspiración potencial. De la cubierta vegetal originaria no queda gran cosa.

Flora

Los bosques están formados por pinares de repoblación (pino carrasco) y choperas.

 


HERÁLDICA MUNICIPAL. trae de azur y un castillo sobre una roca, con una escalera que llega hasta la puerta. El castillo, adjurado de azur y en su color natural, tiene tres torres, la central más alta que las laterales y cada una almenada de tres almenas. Por timbre una corona abierta. Este blasón se usaba ya en los sellos céreos de la Edad Media, uno de 1263 y otro de 1312 que se conservan en el Archivo de Navarra. En la galería del palacio de la Diputación se pintó el fondo del escudo, equivocadamente de plata.

CASA CONSISTORIAL. Fue construida en 1927 según diseño de Victor Eusa, en el solar resultante de la demolición de la iglesia del convento de Capuchinos. Tiene porche con 6 arcos en su planta bala, balcón corrido en primera planta y se remata el edificio en una torre prismática.
Tuvo casa consistorial anterior en la calle del Abadejo hasta 1867 y hasta 1928 en el antiguo convento de Capuchinos, hoy asilo-hospital. De este edificio procede el escudo que hoy se conserva en la fachada del actual ayuntamiento.
El ayuntamiento está regido por alcalde y diez concejales.

HISTORIA. En su término se encontró un útil pulimentado de la Edad de Bronce; posible existencia de un yacimiento de la Edad de Hierro cerca del pueblo, así como diversos asentamientos de época romana, posiblemente «villas» de explotación agrícola o ganadera.Su castillo emplazado sobre el Ega era cabeza de una tenencia al menos desde el siglo XI (1066). La villa pertenecía al dominio real y Sancho VII el Fuerte concedió un fuero de unificación de pechas (1211) que establecía el monto global de 500 cahíces de trino y cebada y 1.000 sueldos anuales. Para esta fecha ya debía de estar institucionalizado un órgano de gobierno de la comunidad que, unos años después (1263), cedió al monarca el derecho de patronato sobre la iglesia. Durante algunos años las pechas y rentas fueran cedidas a Ruy López de Abalos, caballero castellano que prestó homenaje ligio al rey de Navarra (1394) pero las volvía a cobrar la corona ya en 1406. La institución por Carlos III del condado de Lerín (1425) para su hija natural Juana, casada con Luis de Beaumont, convirtió a esta villa en centro de las posesiones beaumontesas (Sesma, Cirauqui, Eslava y Sada).En noviembre del año siguiente fueron confirmadas por Juan I y en marzo de 1448 por el príncipe Carlos. Su abuelo había salvaguardado al menos la alta jurisdicción para la Corona, siguiendo el principio de la no alienación de territorios del Reino, pero Don Carlos consumó el impolítico acto; «queriéndole remunerar et galardonar -dice el privilegio- los dichos servicios y los que buenamente podemos... damos, otorgamos, transferirnos, transitamos la jurisdicción alta, es a saber: el mero imperio et resort, que como soberano senor, avemos en las villas lugares e Condado de Lerín, Mendavia, Sesma, Allo, Dicastillo e Arróniz... ».Su castillo sirvió de plataforma para sus levantamientos frente a Juan II, por lo que sufrió varios asedios y graves daños (1469). Continuadas las luchas y los levantamientos beaumonteses en los reinados de Francisco Febo y de Catalina y Juan de Albret, se buscó la mediación pacificadora del rey de Castilla que se comprometió a alejar al conde rebelde, a cambio tropas castellanas ocuparon las posesiones beaumontesas entre ellas Lerín.
Reconciliado el conde, le fueron devueltas sus plazas (1501) pero no tardó en reanudar los conflictos precisamente desde Lerín que fue finalmente asediado y tomado por los reyes (1507) e incorporado a los dominios de la corona. No obstante, como reconocimiento a los pobladores que habían ayudado a expulsar a los beaumonteses, los monarcas concedieron al lugar el título de buena villa con derecho a asiento en Cortes e hicieron a sus habitantes libres. La incorporación del reino a la Corona de Castilla, con la restitución a los condes de Lerín de todas sus posesiones puso fin a esta situación de ingenuidad. Carlos V confirmó en 1520 el privilegio del Príncipe de Viena.
Por el matrimonio de la heredera Brianda de Beaumont con Diego de Toledo, pasó a la casa de los duques de Alba. Hasta 1822 tuvo el conde derecho a designar alcalde mayor para los pueblos de su jurisdicción, entre los que se contaba también Larraga y Cárcar.
Aparte había un alcalde ordinario, que designaba el propio duque pero a propuesta de la villa. En cambio, en lo eclesiástico, el nombramiento del abad de la parroquia correspondía al obispo de Pamplona.
A fines del siglo XVIII el riego ascendía a 4.800 robadas. Contó hasta la primera mitad del siglo XIX, con conventos de capuchinos y de monjas concepcionistas y con hospital, propiedad de la Cofradía de San Pedro y existente desde 1567.
Con la desamortización y exclaustración de los años treinta del propio siglo XIX, las comunidades religiosas y el mismo hospital desaparecieron.
Al procederse a aplicar por segunda vez la Constitución de 1812, en 1820, Lerín fue convertido en cabeza de partido judicial; pero con la derogación de toda la obra de las Cortes españolas y de los gobiernos del trienio constitucional, en 1823, perdió esa calidad y no volvió a tenerla.
La villa siguió una marcha ascendente casi ininterrumpida durante la segunda mitad del siglo XIX. En los años veinte de nuestro siglo contaba con puesto de la Guardia Civil, nuevo convento de las hermanas de la Caridad de Santa Ana, nuevo hospital fundado por el ayuntamiento en 1916 salinas en explotación, talleres de maquinaria, dos molinos de aceite además de uno harinero, dos fábricas de chocolate, otra de velas, de aguardiente, dos de calzado. Existían además dos fundaciones piadosas, una para asistir enfermos y otra para dotar doncellas.
Lerín fue uno de los pueblos especialmente afectados por el problema de las Corralizas, y su ayuntamiento mantuvo pleito contra algunos corraliceros; pleito cuya sentencia, dictada por el Tribunal Supremo en 1923, fue desfavorable al primero.
Como otros pueblos de Navarra, pero más si cabe por su configuración orográfica, que lo hacía especialmente apto para la defensa del territorio circundante, la villa había sufrido las guerras del siglo XIX. Fue incendiada en parte por los franceses el 26 de octubre de 1808, en los comienzos de la guerra de la Independencia. Y presenció una de las principales derrotas que sufrió en ella el guerrillero Espoz y Mina. Durante las Guerras carlistas, Lerín sirvió de fortaleza a los liberales y sufrió también en su caserío.
A Lerín pertenece el despoblado de Baigorri, donde las posesiones de la casa de Alba fueron muy importantes hasta 1977, en que los renteros pudieron comprarle 27.000 robadas de tierra.

CASTILLO. La villa de Lerín estuvo defendida en época medieval por un castillo del que no quedan vestigios, y que estuvo donde más tarde se levantó la ermita de Santa Bárbara, desaparecida también hace tiempo. Ya en 1211 reglamentó Sancho el Fuerte el trabajo y prestaciones que debían realizar los labradores en el castillo y murallas cuando eran requeridos. En 1234 era gobernador de la plaza Bartolomé de Rada. Más tarde, en 1265, lo era Corbarán de Vidaurre, y en 1276, Gómez Pérez de Arróniz. En 1305 era alcaide García Arnaut de San Per y entre los años 1320 y 1340 García Sánchez de Ezpeleta. Al acceder al trono, Carlos II confió al concejo la guardia del castillo, que en 1353 propuso para alcaide a García Sánchez de Arguedas. Por su parte, el infante don Luis confió la guarda en 1357 a Roy Martínez de Allo.Con ocasión de la guerra con Castilla en 1430, la guarnición de la villa llegó a contar con 60 hombres de armas y 90 ballesteros, a las órdenes del propio Luis de Beaumont. Es posible que el castillo se reedificara en el siglo XV. En 1565, al fundar el mayorazgo, la condesa doña Brianda aludía a las mejoras que había hecho en el alcázar y fortaleza de Lerín, aunque pudiera referirse al palacio fortificado que también poseía junto al pueblo la casa condal.

PALACIO. El edificio que antiguamente tenían en la villa los condes de Lerín aparece como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino. Constituía la cabeza y núcleo del condado instituido por Carlos III el Noble de Navarra en favor de su hija natural Juana de Navarra, a raíz de su matrimonio con Luís de Beaumont, en 1424. A finales del siglo XVI quedó vinculado este título navarro a la casa ducal de Alba, en la persona de don Antonio Alvarez de Toledo y Beaumont, sexto conde de Lerín y condestable de Navarra, por su madre Brianda de Beaumont, y quinto duque de Alba, por su padre Diego Álvarez de Toledo, en quien había recaído el título ducal al fallecer sin sucesión su hermano don Fabrique.
Todavía hoy llaman «el palacio» a un lugar del pueblo, donde un antiguo sótano recuerda su emplazamiento.
En los primeros años del siglo pasado aún podía admirarse en la capilla mayor de la iglesia parroquial el mausoleo donde yacían los primeros condes de Lerín. Era un sepulcro elevado con una estatua de un hombre puesto de rodillas, circunvalado de catorce escudos con sus insignias y blasones, construido en mármol y alabastro. Colgando de las paredes, había varios trofeos de guerra, entre los cuales destacaba el estandarte de César Borgia, muerto en los campos de Viana por las gentes del conde el año 1507. El sepulcro fue destruido por los lerineses en el trienio liberal.
El escudo de armas del condado era cuartelado: primero y cuarto, las armas reales de Navarra; segundo, de azur, con tres flores de lis de oro en triángulo, y como brisura, un creciente de plata en jefe; tercero: losanjeado de plata y azur, que es de Beaumont.

 

Enlaces a archivos de interés:

Archivo General y Real de Navarra

 

  
Archivo General y Real de Navarra 

 
 Archivo diocesano 

  
Archivo Diocesano del Arzobispado de Pamplona y Tudela

Portal de Archivos Españoles (PARES)     Portal de Archivos Españoles (PARES)

 

Enlaces a hemerotecas de interés:

Diario de Navarra    Hemeroteca del Diario de Navarra

 
Diario de Noticias   

   Hemeroteca del Diario de Noticias

 
Berria 

   Hemeroteca del Berria

 
Hemeroteca de la Biblioteca Nacional    Hemeroteca de la Biblioteca Nacional

 

Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. En pleno centro urbano de Lerín se localiza la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, iglesia de origen medieval, transformada en los siglos XVI y XVIII. De la fábrica medieval del siglo XIV restan los muros perimetrales de la nave, la portada del Evangelio y el tramo de los pies, cubierto con bóvedas de crucería, en el que se conservan capiteles de hojarasca de tipo naturalista. La transformación del edificio se llevó a cabo a partir de 1572, con el recrecimiento de los muros de la nave, la ampliación del crucero y la construcción de la capilla mayor entre capillas laterales. Para esto llegaron a Lerín importantes maestros como Juan de Orbara, que ya había trabajado en las obras de Santa María de Viana y, más tarde, Juan de Garaicoechea, Juan de Aranaralde, Juan de Garayoa y Domingo de Legarra, cantero este último que contrató, entre otras, la cubrición de la nave. La planta es de cruz latina con gran crucero y cabecera pentagonal entre capillas cuadradas y en su alzado destacan las pilastras de los machones del crucero, reformados en 1810. Como cubiertas se utilizan bóvedas de medio cañón con lunetos entre fajones casetonados en la nave, bóvedas vaídas en el crucero, un medio cañón con lunetos entre cajones casetonados en la cabecera, una gran venera en el ábside y cúpulas de casquetes con casetones en las capillas laterales. El espacio interior resulta solemne y grave, a lo que sus proporciones, los elementos arquitectónicos clásicos y la decoración. De principios del siglo XVIII data la sacristía, construida por el maestro de Corella Juan de Argos y su hijo Tomás a partir de 1709. Por último, en 1799, se derribó el coro primitivo para sustituirlo por otro con proyecto supervisado por Ángel Santos de Ochandátegui y llevado a cabo por Ildefonso Arvizu.Los exteriores del templo muestran grandes volúmenes construidos en sillería, con muros jalonados por contrafuertes, apreciándose las diferentes fases constructivas. El acceso desde la Plaza de los Fueros se realiza por unos pórticos de piedra realizados en los primeros años del siglo XVIII por Juan de Urrizola con proyecto de Domingo Vélaz. Otro pórtico, el del lado del Evangelio, se construyó en la primera mitad del siglo XVIII para proteger la puerta gótica. La torre de ladrillo que se yergue sobre el templo es barroca y debió de construirse a partir de 1694, año en que el albañil Antonio de Olea dictaminó sobre su coste. El retablo mayor de estilo rococó y grandes proporciones, se acopla a la cabecera y fue realizado por Diego de Camporredondo, arquitecto y escultor de Calahorra que lo había finalizado para 1762, año en que se contrató su dorado con el pintor riojano José Bejes. Domina lo puramente arquitectónico, pese a que, sobre sus superficies, se desarrolla una decoración rococó. Su planta y alzados se caracterizan por el movimiento de líneas, destacando la cornisa volada que avanza hasta cerrarse en un óvalo, acentuando los valores escenográficos del conjunto. En las capillas y crucero se localizan varios retablos barrocos cuyas cronologías abarcan desde el último tercio del siglo XVII a fines de la centuria siguiente; todos ellos guardan por lo general imágenes del mismo estilo. Los colaterales de la Virgen del Pilar y la Inmaculada datan de las primeras décadas del siglo XVIII y el de la Virgen del Rosario es de unas décadas antes pese a que se doró en 1722. En el de la Vera Cruz, también barroco de finales del siglo XVIII, se alberga un Calvario de fines del siglo XV o principios del XVI. La sillería del coro, salida del taller de Diego de Camporredondo, se compone de dos órdenes de asientos decorados con diversos santos y símbolos a los que acompañan decoraciones con motivos arquitectónicos y paisajísticos que evocan a los grabados de la época. El gran facistol rococó de pie bulboso hace juego con el conjunto coral, y la caja del órgano, también barroca, ha de situarse unas décadas antes. Junto al presbiterio cuelga un lienzo de tamaño mediano con Santa Teresa escritora del último tercio del siglo XVII, que puede situarse en la órbita del pintor Vicente Berdusán. En la sacristía se guardan diversas tallas de diferentes estilos y cronologías, entre las que destaca una Inmaculada de la primera mitad del siglo XVII y un San Juan Bautista de estilo gótico hispano-flamenco de principios del siglo XVI.

Ermitas. Junto al río Ega se encuentra la ermita de Nuestra Señora La Blanca, construida en ladrillo a partir de 1694 por el albañil Andrés Cruz y Medina. En planta presenta una cruz latina, amplio crucero y cabecera recta, espacios que se cubren por bóvedas de medio cañón con fajones y media naranja en el transepto. La titular es una imagen gótica cedente con el Niño de comienzos del siglo XIV que ha sido restaurada recientemente.

Órgano. Lerín constituye un caso singular en la organería hispana. Probablemente no hay otro pueblo en toda su geografía que pueda presentar 12 organeros (algunos importantes) que hayan trabajado por todo el país (siglos XVII Y XVIII). Del taller de Lerín deriva el de Viana y posiblemente el de Larraga. La caja que ha quedado es otra demostración del taller local. Tanto el tracista (Joseph de Lesaca), como el realizador del proyecto (Juan Joseph Vélaz), y el autor de la mecánica (Joseph de Mañeru y Ximénez) eran hijos de la villa. No se ha encontrado otro caso igual. El órgano (1738) no suena en la actualidad, aunque sólo le faltan unos pocos tubos.

Arquitectura civil: El trazado urbano de Lerín es de origen medieval y se organiza longitudinalmente a lo largo de la calle Mayor, que corre por la cresta de la roca y atraviesa el pueblo; en su recorrido, atraviesa la Plaza de los Fueros que constituye el centro de la población y el resto de las calles la cruzan perpendicularmente. En la citada plaza destaca la casa parroquial, edificio barroco de mediados del siglo XVIII concebido como un gran bloque, con aparatosos escudos de estilo rococó. A lo largo de la calle Mayor, pueden contemplarse asimismo otras casas y escudos, preferentemente dieciochescos. En la calle Larramendi se sitúa una hermosa casa señorial del siglo XVII blasonada y en la calle Yoldi también aparece otras construcciones barrocas de interés.